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Darío Castrillón Hoyos

Darío Castrillón Hoyos es uno de los candidatos más fuertes de los procedentes de Iberoamérica, junto con Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga. Ha realizado funciones diplomáticas importantes para el Vaticano en América Latina. Tiene una trayectoria brillante y desprende una gran simpatía que transmite también en los medios de comunicación.

(Libertad Digital) Darío Castrillón Hoyos. Nació en Medellín, Colombia, el 4 de julio de 1929. Comenzó a formarse en el seminario de Antooquía, para pasar más tarde al Santa Rosa de Osos. Abandonó su país por Roma, donde se doctoró en Derecho Canónico, con la especialidad en sociología religiosa, economía política y ética económica, por la Universidad Pontificia Gregoriana. Cuando hubo completado sus estudios en Roma, se dirigió a la Universidad de Lovaina, en cuya Facultad de Sociología profundizó sus investigaciones. Se ordenó en 1952 en Roma, donde completaba su formación académica.
 
De 1954 a 1971 regresó a su país natal, dedicado a la labor pastoral, en Segovia de Yarumal. Allí fue director de cursillos, y director del programa pastoral nacional y de la Legión de María. En esos años su actividad es muy feraz; además de convertirse en oficial de la curia diocesana de Santa Rosa de Osos, es director de las escuelas radiofónicas o delegado de Acción Católica en 1959. Del mismo modo, fue asistente eclesiástico de la Juventud de Trabajadores Católicos, así como director diocesano de catequesis o inspector de la oficina diocesana de la Acción Popular Católica, en 1962. El mismo año sería secretario general del episcopado colombiano.
 
En 1971 fue nombrado obispo titular de Villa de Rey, así como adjunto de Pereira. No tardaría más de cinco años en llegar a la titularidad del obispado de Pereira. De 1983 a 1987 trabaja como secretario general del Concilio Episcopal de América Latina, cargo que abandona para convertirse en presidente de la misma institución hasta 1991. Esa posición internacional se ha manifestado en varias reuniones internacionales de la Iglesia Católica. En 1992 es promovido a la sede metropolitana de Bucaramanga, gobierno al que renuncia en 1996. Sería el 15 de junio, día en que ocupa el cargo de pro prefecto de la Congregación del Clero.
 
Dos años más tarde, en 1998, fue creado cardenal diácono, bajo el título de S. Nome di María al Foro Traiano. Fue enviado papal a la firma del acuerdo global y definitivo entre Perú y Ecuador, que cerraba una vieja disputa sobre la frontera de ambos países, y que tuvo lugar en Brasilia, el 26 de octubre de 1998. Recibió más tarde otro encargo del Vaticano: ser el enviado papal especial a la celebración del duodécimo centenario de la construcción de la catedral de Aquisgrán, los días 29 y 30 de enero de 2000. El mismo año recibiría otros encargos, como presidir la Comisión Pontificia “Ecclesia Dei” el mismo año 2000 en que sería el delegado papal especial a la celebración de las elecciones del Congreso Nacional Eucarístico de Chile y a la dedicación de la nueva catedral de la diócesis de San Bernardo, también en Chile.  
 
Tiene, como demuestra su larga trayectoria, un perfil muy alto, a lo que suma en su favor una gran simpatía personal y el hecho de nacer en América Latina, continente en el que ha desempeñado funciones importantes.

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