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El ayuntamiento socialista de Carboneras allana el camino del Hotel Algarrobico

El Ayuntamiento de Carboneras, en manos del socialista Cristóbal Fernández, ha aprobado la adaptación parcial de sus Normas Subsidiarias a la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA) en la que mantiene la clasificación de suelo urbanizable al paraje donde está el hotel del Algarrobico.

Queda claro así lo que había desde un principio en este caso: voluntad del PSOE de construirlo, a pesar de las "lágrimas" de Chaves y sus lamentos pseudoecologistas. Siempre, a la hora de la verdad, el PSOE ha estado detrás y empujando la construcción de este Hotel. No es que sea malo. Lo malo es mentir a los andaluces haciendo creer otra cosa.

El consistorio justifica que no puede dársele categoría de suelo no urbanizable de especial protección al estar suspendido cautelarmente por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) el Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del parque natural de Cabo de Gata-Níjar.

En el documento, contra el que los colectivos conservacionistas han anunciado tanto un recurso de reposición ante el consistorio como otro contencioso-administrativo, el alcalde se agarra a la recomendación del informe de la Comisión Interdepartamental de Valoración Territorial y Urbanística (un órgano de la Junta), que abogaba por mantener el grado de protección que ya hubiera en el Algarrobico a la vista de la resolución del TSJA.

Desde Ecologistas en Acción y Salvemos Mojácar han interpretado la decisión del equipo de gobierno de Carboneras "y de la administración autonómica" como un apuesta por la "legalización" del hotel de Azata que, según aseguraron, les deja "tan perplejos como la actitud ambigua de la Consejería de Medio Ambiente que, por un lado, garantiza la demolición del hotel y, por otro, aprueba actuaciones urbanísticas dentro de un espacio protegido y alejadas de toda legalidad".

Ya dijimos que el hotel Algarrobico es como una pirámide de Egipto. A orillas del mar, su mole gigantesca se ve a kilómetros de distancia por tierra, mar y aire. Para que fuera posible su construcción, la Junta debió conceder permisos legales, aprobar sus trámites, dar licencias, practicar inspecciones. No se hubiera hecho sin la complicidad de la Junta. Todo el mundo lo sabe.

Pero incluso el fiscal del caso, la Fiscalía de Almería anunció en mayo de este año que archivaría las diligencias de investigación abiertas para discernir si el proceder de la Junta y del Consistorio implicó una infracción de la ley. Del análisis de las pruebas el fiscal no dedujo que las administraciones, esto es, Junta y Ayuntamiento de Carboneras, ambos en manos del PSOE, hayan actuado con intención de sortear la ley.

Sin embargo, el juez declaró nula la licencia municipal de obras y criticó la burda maniobra realizada para alterar el plano del Parque para permitir en suelo protegido la construcción de un hotel de 22 plantas. El fiscal, pues, le echó una "manita", escandalosa manita, al PSOE y a la Junta.

El fiscal sostuvo que la autorización del Ayuntamiento de Carboneras para edificar en El Algarrobico no conculcó ninguna norma, toda vez que sobre el lugar escogido para levantar el hotel no pesaba ninguna catalogación de especial protección ambiental. Respecto a la posibilidad de que se vulnerara la Ley de Costas, aludió a la complejidad derivada de aplicar este punto sobre una parcela sometida a un plan parcial aprobado precisamente en el período transitorio de la aplicación de la norma.

Decía hace unos meses Rafael M. Martos, en Almería a diario:

"Quizá no fuera ilegal, pero era irracional e inmoral permitir la construcción de un complejo como el que se está desarrollando en la zona, y de la que el hotel es sólo la puntita, créanme... la puntita. De lo demás, del resto de hoteles, de los campos de golf... de eso ni Greenpeace dice nada, pero ahí está. Ese es el turismo que propugna el Gobierno andaluz, el gobierno del mismo PSOE que se lanza a la yugular de los malditos especuladores del ladrillo y el cemento... sin querer mirar en qué han estado convirtiendo ellos esta Andalucía/Almería nuestra.

Ahora el Gobierno central dice que no expropiará, que no es el momento. En realidad nunca será el momento. Contó con todos los parabienes y licencias para su construcción, contó incluso con subvenciones públicas, y todo marchaba sobre ruedas hasta que la ministra Narbona dijo que no le gustaba y que había que quitarlo de en medio.

Con ese espíritu de vasallos que tienen los políticos andaluces/almerienses, bastó una palabra de una jefa de Madrí, para correr dándose patadas en el culo (perdón por la expresión, pero es como me los imagino por los pasillos) buscando modos y maneras de parar el mismo hotel que habían apadrinado generosamente."

Incluso e encontró un fórmula barata para que la expropiación costara muy poco (a ver, poco en relación a lo que valía en ese momento el terreno y la construcción) pero... nunca más se volvió a saber de ella. Fue el famoso retracto, un derecho que podía haber ejercido la administración pero no lo hizo porque al parecer nadie le informó de la compraventa del terreno. Nunca más se supo de aquella solución digamos económica.

Todo un gigantesco cuento, tan gigantesco como el hotel. La verdad es que el PSOE ha estado y se demostró ayer, está tras el hotel pero, eso sí, también ha intentado hacer creer que estaba por el medio ambiente y el respeto a la ley. 

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