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El éxodo de los anglicanos británicos a la Iglesia Católica

Mientras se suceden los ataques al Papa en Reino Unido, miles de anglicanos de este país han solicitado al Vaticano mediante una carta su vuelta a la Iglesia Católica. Hartos de la deriva anglicana han pedido un Ordinariato Personal. La misma senda siguen los fieles de EEUU y Australia.

Mientras se suceden los ataques al Papa en Reino Unido, miles de anglicanos de este país han solicitado al Vaticano mediante una carta su vuelta a la Iglesia Católica. Hartos de la deriva anglicana han pedido un Ordinariato Personal. La misma senda siguen los fieles de EEUU y Australia.

Cansados de la deriva de la Comunidad Anglicana, cientos de miles de fieles de esta confesión optaron por pedir la vuelta a la Iglesia Católica hace meses. Mientras, el Papa Benedicto XVI les prometió recibirles con los brazos y anunció una Constitución Apostólica con la que pudiesen mantener en el catolicismo algunas de sus particularidades.

Estos fieles formaban parte del ala más tradicional del anglicanismo, la Comunión Anglicana Tradicional (TAC), los más cercanos a Roma y que no veían con buenos ojos las constantes innovaciones de la Comunidad Anglicana. Hasta en 400.000 personas se ha cifrado el número de personas que podrían pasarse en masa a la Iglesia Católica.

Sin embargo, el domingo 16 de mayo los acontecimientos dieron una vuelta de tuerca más. La Comunidad Anglicana Tradicional escribió una carta aprobada por los miembros de Inglaterra, Escocia y Gales dirigida al cardenal Levada, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe.

Según cuenta Infocatólica, en ella piden formalmente la entrada en la Iglesia Católica mediante la aplicación de la Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus y que se traduce en la creación de un Ordinariato Personal, similar a los Castrenses. Es decir, no afecta a territorios concretos como las Diócesis tradicionales sino a colectivos, en este caso a los que serán católicos de rito anglicano.

A pesar de que los miembros de este grupo no son muy numerosos en Reino Unido, esta misiva supone un duro golpe en la línea de flotación de la Comunidad Anglicana, que observa la fuga de fieles en el país en el que nació esta confesión.

Sin embargo, los británicos no han sido los únicos en movilizarse para volver a Roma. Las gestiones en Estados Unidos y Australia, comunidades más numerosas que en Reino Unido, también están muy avanzadas para pedir el Ordinariato.

La ordenación de obispos y obispas abiertamente homosexuales, la tendencia en políticas sociales o las cada vez mayores innovaciones litúrgicas han sido la gota que ha colmado el vaso para los miembros conocidos como “anglo-católicos”.

Además, esta petición formal a la Santa Sede coincide con la campaña que se está desarrollando contra la Iglesia Católica y especialmente contra Benedicto XVI por los casos de abusos sexuales protagonizados por algunos sacerdotes.

En Reino Unido han sido especialmente agresivos con el Papa. Colectivos ateos están esperando la visita de Benedicto XVI al país en septiembre para denunciarle y conseguir procesarle por crímenes contra la humanidad esgrimiendo, dicen, su falta de inmunidad. Abogados británicos y estadounidenses ya trabajan en ello.

Además, el Ministerio de Exteriores de Reino Unido tuvo que pedir disculpas a la Santa Sede después de que varios funcionarios encargados de organizar la visita del Papa emitiesen un documento oficial de uso interno en el que aconsejaban que en su estancia, el Pontífice inaugurase una clínica abortista, bendijese un matrimonio homosexual y crear una marca papal de preservativos.

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