L D (EFE) Con su saludo, el Papa ha querido agradecer la presencia en la Plaza de San Pedro de numerosas personas, que acudieron allí como todos los miércoles, pese a que en esta ocasión se había suspendido la tradicional audiencia general, debido a su convalecencia.
Juan Pablo II permaneció durante poco más de un minuto asomado, sin cristales de por medio, a la ventana de su estudio, desde la que bendijo a los congregados sin pronunciar ninguna palabra. Su presencia fue recibida con una salva de aplausos por todas las personas que se habían dado cita en la explanada vaticana, entre ellas numerosos polacos que ondeaban banderas de su país.
El Pontífice, que en mayo cumplirá 85 años, prosigue su recuperación en el Vaticano, bajo la supervisión de los especialistas que le han tratado en el Gemelli y de su médico personal, Renato Buzzonetti. Como hacía durante su hospitalización, continúa practicando los ejercicios para la rehabilitación de la voz con la cánula que se le introdujo en la tráquea para ayudarle a respirar. Fuentes del Vaticano reiteraron que por el momento se desconoce cuánto tiempo tendrá que llevar esta cánula o si definitivamente se decidirá mantenerla fija.
Paralelamente a su convalecencia, Juan Pablo II ha comenzado a despachar algunos asuntos con sus colaboradores más directos como el cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano, y el sustituto de la Secretaria de Estado ("número tres" de la Santa Sede), el arzobispo argentino Leonardo Sandri. La celebración, a partir del domingo, de la Semana Santa ha levantado una gran expectación para ver cual es la participación del Pontífice en los ritos sagrados que caracterizan a esas fechas tan señaladas del calendario litúrgico cristiano.