(Libertad Digital) El enorme respaldo que está recabando el Manifiesto por la Lengua Común está poniendo de manifiesto las contradicciones del PP en materia lingüística. El hecho de que este partido apoyase el partido en regiones como Galicia o Baleares fue visto por muchos como una tomadura de pelo, cuando no un "insulto" a los ciudadanos.
Este jueves se ha visto clara la diferencia entre lo que predica el PP y lo que realmente hace en aquellas regiones donde existe otra lengua cooficial. La presidenta del partido en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, justificaba este jueves su negativa a firmar el Manifiesto en una entrevista en La Vanguardia, diario que está desarrollando una virulenta campaña contra el texto. Dice Sánchez-Camacho que "no es necesario" porque "en esta tierra conviven con normalidad las dos lenguas".
Los partidos que sí están trabajando a favor del manifiesto en Cataluña recogiendo firmas, UPyD y Ciudadanos, han criticado que el PP "En Madrid lo firman y en Barcelona no", lo que demuestra los "dos discursos" del PP.
El otro discurso del PP, el que utiliza allí donde sólo se habla castellano, lo han puesto negro sobre blanco los portavoces del partido en los parlamentos regionales reunidos en Málaga. En un documento titulado "derecho a usar el castellano sin ser discriminado" dicen que "la normalidad" de la que habla Sánchez-Camacho es que "la lengua común de todos los españoles está siendo relegada, cuando no arrinconada, en algunas Comunidades Autónomas que vienen practicando políticas lingüísticas excluyentes que dificultan el conocimiento y el uso del castellano".
También reiteran la adhesión del PP al manifiesto que su representante en Cataluña se niega a firmar y anuncian que presentarán proposiciones no de ley y una serie de medidas en defensa del castellano.