L D (EFE) Fueron palabras de Don Juan Carlos en la inauguración oficial del Curso Escolar 2004-2005, que este año se ha celebrado en Zarza de Granadilla, una localidad de no más de dos mil habitantes situada en el norte de la provincia de Cáceres, a donde los Reyes viajaron este lunes desde Madrid.
En esta localidad que vive de la agricultura y la ganadería, Don Juan Carlos tuvo un recuerdo emocionado para los niños muertos "en la brutal acción terrorista" de la escuela rusa de Beslán, y para "cuantos escolares y estudiantes" murieron en la masacre del 11 de marzo en Madrid. "Nada puede justificar la barbarie terrorista. Siempre reclama nuestra más enérgica condena, más hondo desprecio y más firme reacción solidaria", dijo el Rey momentos después de que, a propuesta del presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, se guardara un minuto de silencio por las víctimas del terrorismo, antes de que diera comienzo el acto oficial.
A las doce del mediodía llegaban los Reyes a Zarza de Granadilla, en donde les esperaban las primeras autoridades autonómicas, provinciales y locales, y centenares de vecinos de éste y otros pueblos de los alrededores que no han querido perderse la oportunidad de ver y hasta saludar a Don Juan Carlos y Doña Sofía.
A las puertas del colegio infantil y de enseñanza primaria "Ambroz", uno de los dos centros escolares que hay en Zarza de Granadilla y en el que estudian 163 niños, los Reyes, acompañados por la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús Sansegundo, fueron recibidos por Rodríguez Ibarra. Los más pequeños habían preparado dos pancartas de bienvenida a los Reyes a su "cole", y agitaban banderas españolas y extremeñas en este día sin clase en el que les visitaban dos personas "que vemos mucho en la tele", como reconocía María, y a quien, si pudieran, pedirían "menos horas de clase y más recreo", como no dudaba en confesar Tomás.
Los Reyes visitaron la guardería del centro, donde pasaron uno de los momentos más divertidos de la jornada. Allí pudieron ver como dos pequeños de cinco años manejaban con destreza el ordenador, como otros dos jugaban con plastilina o hacían un collar con cuentas de madera. "¡Qué bonito!", contestó la Reina a Raquel, quien le había enseñado sus habilidades, mientras el Rey ayudaba a otro pequeño a hacer una bola de plastilina.
Desde aquí, los Reyes fueron caminando hasta el Instituto de Enseñanza Secundaria Obligatoria, uno de los cerca de 150 en los que la Junta de Extremadura desarrolla desde hace años una política educativa que, según Rodríguez Ibarra, apuesta por "la imaginación y la creatividad". En ellos, las nuevas tecnologías -un ordenador para cada dos alumnos- y la enseñanza de idiomas tienen un protagonismo destacado.
En esta localidad que vive de la agricultura y la ganadería, Don Juan Carlos tuvo un recuerdo emocionado para los niños muertos "en la brutal acción terrorista" de la escuela rusa de Beslán, y para "cuantos escolares y estudiantes" murieron en la masacre del 11 de marzo en Madrid. "Nada puede justificar la barbarie terrorista. Siempre reclama nuestra más enérgica condena, más hondo desprecio y más firme reacción solidaria", dijo el Rey momentos después de que, a propuesta del presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, se guardara un minuto de silencio por las víctimas del terrorismo, antes de que diera comienzo el acto oficial.
A las doce del mediodía llegaban los Reyes a Zarza de Granadilla, en donde les esperaban las primeras autoridades autonómicas, provinciales y locales, y centenares de vecinos de éste y otros pueblos de los alrededores que no han querido perderse la oportunidad de ver y hasta saludar a Don Juan Carlos y Doña Sofía.
A las puertas del colegio infantil y de enseñanza primaria "Ambroz", uno de los dos centros escolares que hay en Zarza de Granadilla y en el que estudian 163 niños, los Reyes, acompañados por la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús Sansegundo, fueron recibidos por Rodríguez Ibarra. Los más pequeños habían preparado dos pancartas de bienvenida a los Reyes a su "cole", y agitaban banderas españolas y extremeñas en este día sin clase en el que les visitaban dos personas "que vemos mucho en la tele", como reconocía María, y a quien, si pudieran, pedirían "menos horas de clase y más recreo", como no dudaba en confesar Tomás.
Los Reyes visitaron la guardería del centro, donde pasaron uno de los momentos más divertidos de la jornada. Allí pudieron ver como dos pequeños de cinco años manejaban con destreza el ordenador, como otros dos jugaban con plastilina o hacían un collar con cuentas de madera. "¡Qué bonito!", contestó la Reina a Raquel, quien le había enseñado sus habilidades, mientras el Rey ayudaba a otro pequeño a hacer una bola de plastilina.
Desde aquí, los Reyes fueron caminando hasta el Instituto de Enseñanza Secundaria Obligatoria, uno de los cerca de 150 en los que la Junta de Extremadura desarrolla desde hace años una política educativa que, según Rodríguez Ibarra, apuesta por "la imaginación y la creatividad". En ellos, las nuevas tecnologías -un ordenador para cada dos alumnos- y la enseñanza de idiomas tienen un protagonismo destacado.