
L D (Europa Press) En el atrio de la Basílica romana se instalaron 4 pantallas gigantes y un sistema de amplificadores de sonido para permitir a los fieles que no cabían en los 1.500 puestos disponibles, oír la misa. Muchas de los cargos institucionales del Estado italiano y del ayuntamiento y provincia de Roma asistieron a la ceremonia.
Entre los asistentes se encotraban las principales autoridades de Italia, entre ellas el primer ministro, Silvio Berlusconi, y el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, el alcalde de Roma, Walter Weltroni; el vicepresidente del gobierno, Gianfranco Fini; el presidente de la Cámara de los diputados, Pierferdinando Casini y otras autoridades. Aparte de una numerosa participación ciudadana, que se congregó en la catedral romana.
La Misa se organizó tras el deseo del cardenal vicario de Roma y presidente de la Conferencia Episcopal italiana, Camillo Ruini, de que los romanos e italianos "intensifiquen la oración" por el Santo Padre que con "tan amorosa compañía nos acompaña desde hace 26 años".
La Plaza del Vaticano, llena de personas
La tensión que se vive en la Plaza de San Pedro del Vaticano ha aumentado tras conocerse el agravamiento del estado de salud del Papa, mientras crece la afluencia de fieles que se acercan al lugar para rezar por él. Ciudadanos, religiosos y turistas, algunos con lágrimas en los ojos, se han congregado en las inmediaciones del Palacio Apostólico del Vaticano con la mirada puesta en las ventanas del tercer piso, donde agoniza el Pontífice.
Las fuerzas de seguridad mantienen una estrecha vigilancia en torno a la Santa Sede, mientras la avenida que lleva a la Plaza de San Pedro, la Vía de la Conciliación, ha sido cortada al tráfico. Las autoridades locales han decidido fomentar el transporte público hacia el Vaticano para facilitar el acceso a los fieles que deseen acudir a la zona para expresar su solidaridad y respaldo al Pontífice
