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La Policía temió que los periodistas de La Razón fueran "apaleados"

La Policía española llegó a temer por la seguridad de los periodistas de La Razón retenidos por Marruecos. "Con esta gente nunca se sabe", les dijeron. Por ello, atravesaron la "tierra de nadie" para buscarles, pero no obtuvieron respuesta. "Ocultaron que nos habían retenido", denuncian.

Los dos periodistas del diario La Razón retenidos por la Policía marroquí mientras realizaban su labor en las inmediaciones de la frontera de Beni-Enzar, entre Melilla y Marruecos, abandonaron la comisaría tras permanecer en ella cerca de seis horas. Este domingo, relatan su experiencia en las páginas del diario para el que trabajan.

La redactora Macarena Gutiérrez y el fotógrafo Luis Díez salieron sin cargos de las dependencias policiales alrededor de las 23:30 hora local (01:30 hora peninsular española) del viernes. Su único delito para estar retenidos: cruzar al país magrebí para cubrir el conflicto fronterizo que mantienen España y Marruecos.

"La Policía marroquí ocultó a la española que nos habían retenido", denuncian. De hecho, agentes españoles cruzaron la "tierra de nadie" que separa ambos países para preguntar por ellos, pero obtuvieron la callada por respuesta.

Cuando los reporteros ya estuvieron en suelo patrio, las Fuerzas de Seguridad respiraron aliviados: "nos han dicho que allí no había nadie, que no habían detenido a ningún periodista. Podía haber pasado cualquier cosa. Con esta gente nunca se sabe. Temíamos que regresarais apaleados o que os trasladaran a la cárcel de Kenitra", explicaron.

Cuentan los periodistas que ningún agente marroquí se identificó ni les informó de su rango, hasta que el supuesto jefe del servicio, ya entrada la noche del viernes, les hizo pasar a un despacho con otros cinco hombres. "Pretendían verificar que no trabajábamos para ningún servicio secreto en una zona que es un nido de informadores", se quejan los enviados especiales.

Al final, fueron puestos en libertad porque, según la Policía española, el oficial de guardia era "uno de los moderados". También ayudó que fueran periodistas. Previamente, eso sí, les comisaron todas las fotos y desmontaron sus teléfonos móviles.

"Os podéis marchar, pero la próxima vez pedir permiso", zanjaron las autoridades marroquíes. "Nos quitaron seis horas de trabajo, y de libertad".

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