
LD (EFE) Portavoces de la pareja, considerada por la Policía portuguesa sospechosa de la desaparición de su hija de cuatro años el pasado 3 de mayo, confirmaron que las autoridades portuguesas están de acuerdo con su viaje, que no tiene impedimento legal por la condición oficial de "arguidos" o sospechosos que les fue impuesta el viernes, tras largos interrogatorios sobre restos de sangre y otras evidencias encontrados en su automóvil y objetos personales.
El matrimonio de médicos británicos llegó el pasado 30 de abril a Playa de la Luz, en el Algarve portugués, para pasar unas vacaciones y permaneció aquí tras la desaparición de su hija, para cuya búsqueda organizaron una campaña internacional de una enorme repercusión informativa.
En las únicas declaraciones que ha dado en las últimas horas, Gerry McCann expresó al periódico británico News of the World que está preocupado por el tratamiento que les ha dado la policía y la presión que sufren para resolver el caso. "Creemos estar en nuestra peor pesadilla pero cada vez se vuelve peor y peor", lamenta el padre de Madeleine que subraya, según la edición electrónica del periódico: "no hemos matado a nuestra hija pero estamos luchando por nuestras vidas".
Pedirán ayuda al Gobierno británico
Gerry y Kate McCann, declarados sospechosos de la desaparición de su hija Madeleine en Portugal, pedirán ayuda al Gobierno británico porque creen ser víctimas de una "escandalosa injusticia", según publica este domingo la prensa británica.
Los McCann, que han abandonado el país ibérico para regresar a su casa en Leicestershire (centro de Inglaterra), apelarán al ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband, para que interceda en el caso, según informa The Sunday Telegraph.
Los padres han tomado esa decisión al sentirse "enfadados y horrorizados" debido a que la búsqueda de su hija de cuatro años se ha visto interrumpida por el sorprendente giro de la investigación policial, en la que han pasado de ser víctimas a sospechosos.
Los McCann, que han abandonado el país ibérico para regresar a su casa en Leicestershire (centro de Inglaterra), apelarán al ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband, para que interceda en el caso, según informa The Sunday Telegraph.
Los padres han tomado esa decisión al sentirse "enfadados y horrorizados" debido a que la búsqueda de su hija de cuatro años se ha visto interrumpida por el sorprendente giro de la investigación policial, en la que han pasado de ser víctimas a sospechosos.
El abuelo admite que su hija pudo dar a Madeleine algún medicamento
Según recoge este domingo El Mundo, el abuelo materno de Madeleine, intentando exculpar a los padres, ha admitido que pudieron dar a la niña algún medicamento que la ayudara conciliar el sueño.
El abuelo, Brian Healy, aunque ha indicado que ni su hija ni su yerno "serían capaces de hacer daño a ninguno de sus hijos", sí ha reconocido que pudieron administrarla algún medicamento de tipo del paracetamol. "Kate simplemente podría haber usado Calpol para que la niña durmiese mejor", fueron las palabras del abuelo, que añadió que "de ahí no se puede llegar a pensar otra cosa".
Las sospechas que pesan sobre ellos
Tras declararles sospechosos, las autoridades portuguesas pueden ahora optar por realizar nuevos interrogatorios, llevarlos ante el juez de instrucción e incluso recluirlos en prisión preventiva.
Las sospechas de la policía se basan en análisis de restos biológicos y rastros de cadáver encontrados por perros sabuesos en el apartamento, el automóvil y efectos personales de la pareja que fueron analizados en un laboratorio del Reino Unido.
Según fuentes extraoficiales hay un elevado grado de certeza de que los restos de sangre hallados en el coche que el matrimonio alquiló 25 días después de la desaparición de Madeleine tienen la huella genética de la niña.
Los investigadores creen que Madeleine pudo morir de forma accidental y su cuerpo y ropas fueron ocultados y trasladados de lugar, lo que explicaría los restos de sangre del coche y los rastros de cadáver que, al parecer, fueron detectados por los perros en un sofá y en prendas de vestir de la madre.
Tras 16 horas de interrogatorio a Kate y 8 a Gerry ambos fueron declarados la noche del viernes "arguidos" o sospechosos, medida que sus familiares y amigos contestaron en el Reino Unido con fuertes críticas a la policía portuguesa.
Miembros de la familia McCann dijeron a las cadenas británicas de televisión que los agentes lusos presionaron a Kate para que reconociera la muerte accidental de su hija e incluso acusaron a la policía de fabricar pruebas para solucionar el caso incriminando a los padres.
Mientras, la policía prepara sus próximas acciones sobre la desaparición de Madeleine y el giro que ha dado el caso divide a la opinión pública lusa y británica.