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Prenafeta y Alavedra, los dos hombres de Pujol

El ex secretario general de Presidencia de la Generalidad Lluís Prenafeta y el ex consejero Macià Alavedra, ex altos cargos del Gobierno de CiU que presidió Jordi Pujol ya se han visto salpicados en otros casos de corrupción, sin que en ningún caso fueran procesados.

Alavedra, que nació el 26 de marzo de 1934 en Barcelona, se inició en política con 18 años, cuando ingresó en el Front Nacional de Catalunya, y en 1974 participó en la fundación de Esquerra Democràtica de Catalunya (EDC), junto a Ramon Trias Fargas, que posteriormente se fusionó con CDC.

Fue diputado en el Parlament y en las Cortes y ocupó diversas consejerías en los gobiernos de CiU de Pujol. Entre ellas, la cartera de Economía y Finanzas, que ocupó durante seis años, hasta 1997. También fue presidente de la empresa concesionaria de autopistas Aucat, cargó que ostentó hasta 2003, y de las sociedades Abertis Logística y Kern Pharma.

Alavedra renunció al cargo, después de ser relacionado con el ex juez Lluís Pascual Estevill. En concreto, apareció vinculado durante el proceso judicial contra Estevill en los casos de extorsión y soborno a los que fueron sometidos los dos presidentes del Banco Central Hispano (BCH): Alfonso Escámez en 1992 en relación al caso Macosam y José María Amusátegui en 1993 en relación con el encarcelamiento de los principales ejecutivos del grupo asegurador del banco.

El ex consejero de Economía, contacto de Pujol con el empresariado, fue valedor de Javier de la Rosa, aunque negó cualquier responsabilidad sobre la gestión económica del empresario al frente de la sociedad Grand Tibidabo tras haberle concedido un aval de 10.000 millones de las antiguas pesetas. Precisamente, Lluís Prenafeta, que nació en 1939 en Ivars de Urgell (Lérida), también se vio implicado en este caso, en el que finalmente declaró como testigo.

Prenafeta ostentó la secretaría general de presidencia durante 10 años, y en 1990 dejó este cargo después de presentarse una querella contra él por compatibilizar su cargo en la Generalidad con un puesto en el consejo de administración de una aseguradora vinculada a la familia Bernat, ex propietaria de Chupa-Chups. Al igual que Alavedra, Prenafeta también se vio salpicado por el caso Estevill, tras hacerse público que De la Rosa pagó 10 millones a Estevill cuando dicho juez juzgaba esta querella.

Auque nunca tuvo rango de consejero, se le consideraba la mano derecha de Pujol. Durante este tiempo, promovió los medios públicos y las loterías de la Generalidad, y también el parque de atracciones que ahora se llama Port-Aventura en Reus y Vila-seca (Tarragona). Tras salir de la Generalidad, se dedicó a promover negocios privados: Juspi, una empresa que comerciaba con materias primas de Rusia, y el diario barcelonés en castellano 'El observador', cuyo primer número salió en el 23 de octubre de 1990.

Prenafeta fue el accionista mayoritario de la cabecera hasta 1992, y el diario cerró un año más tarde. Precisamente, Prenafeta fue juzgado por el 'caso Huarte' por el cobro de comisiones para financiar el diario por parte de constructores, aunque finalmente fue exculpado.

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