
L D (EFE) Medio millón de británicos han consumido Vioxx, un antiinflamatorio recetado contra la artritis, antes de que ese medicamento fuera retirado del mercado el pasado septiembre tras publicarse un informe que lo relacionaba con paros cardíacos. Una de las posibles demandantes, Christine Peckham, oriunda del condado de Lancashire (norte de Inglaterra), describió los efectos que el fármaco provocó en ella.
Este viernes, la empresa farmacéutica Merck fue condenada a pagar 229 millones de dólares a una mujer de Texas (EEUU), por considerar que la muerte de su marido estuvo relacionada con el medicamento Vioxx. El caso de Carol Ernst, viuda del fallecido Robert Ernst, de 59 años, es el primero que se ha planteado judicialmente contra Merck, que ahora se enfrenta a varios miles de pleitos similares.
Las ventas de Vioxx en todo el mundo se cifra en más de 2.500 millones de dólares, toda vez que unos veinte millones de personas consumieron ese producto antes de su retirada del mercado. La compañía farmacéutica ha mantenido siempre que investigó los riesgos del fármaco tan pronto como tuvo constancia del supuesto peligro para la salud de los pacientes.
Tras el veredicto de Texas, el abogado de Merck, Jonathan Skidmore, señaló que "no hay pruebas científicas fiables que evidencien que Vioxx causa arritmia cardiaca, que fue lo que una autopsia mostró como causa de la muerte del señor Ernst".
