'El Sapo' reivindica la autoría del incendio de la Torre Windsor 20 años después: "Por un millón de euros"
Según explica el criminal confeso en un documental, la destrucción del edificio fue un encargo que tenía como objetivo la eliminación de documentos.
Jon Imanol Sapieha Candela, un famoso ladrón conocido como ‘el Sapo’, ha confesado ser el autor del incendio de la Torre Windsor el 12 de febrero de 2005 en Madrid. Lo ha hecho en el primer capítulo -emitido este lunes por Cuatro- de la segunda temporada de una serie documental en la que se vanagloria de haber robado "3.000 millones de pesetas" del Banco Popular de Yecla e importantes obras de arte de la casa de la millonaria Esther Koplowitz, así como de haber liberado a los marineros españoles secuestrados por piratas somalíes a bordo del Alakrana.
Él mismo explica que es un "criminal retirado tras más de 30 años en activo" y que "en este tiempo he cometido decenas de delitos sin sangre". Lo más sorprendente es que sólo ha pasado cuatro años en la cárcel a pesar de este impresionante historial de acciones delictivas, entre las que —ha desvelado ahora— también se encuentra el famoso incendio del Windsor en el corazón financiero de la capital. Se define como "el ladrón perfecto". Algo que habría conseguido gracias a lo que él se refiere como "mis mandamientos".
El primero que menciona es su psicopatía. "Nadie me eligió por bueno", reconoce, "el mundo está lleno de buena gente inútiles (sic)". Su falta de empatía hacia lo que sienten otras personas fue precisamente lo que hizo que la armada francesa se interesara por él, según su relato. "Me dicen que me pagarán super bien, que lucharé contra el terrorismo", añade. "En ese momento acepto y firmo cinco años", añade. "Ahí empezó mi aventura", asevera con una frialdad pasmosa.
Ha delinquido en países como Brasil, Argentina, México, Colombia, Estados Unidos, Francia, Bélgica, Inglaterra, Suiza e incluso Rusia. De lo que hizo en este último país prefiere no hablar. "No quiero tener problemas con Putin, no te lo contaré nunca", le dice a su entrevistador. De la misma manera asegura haber colaborado con distintos servicios de inteligencia, pero no puede señalar cuáles. Parece tener muy claro hasta dónde puede contar para seguir "vivo" y "disfrutando de la vida", por lo que comenta en ‘Sapo S.A. Memorias de un ladrón’.
El encargo del Windsor
Sin embargo, parece tener carta blanca para hablar de lo que supuestamente hizo para "purificar el terreno" después de "recoger unos documentos" de la Torre Winsor. Él entra en la historia "como siempre con una llamada", explica. "Tengo un teléfono especial para llamadas especiales", dice en referencia a una línea que "tienen muy pocas personas y es sólo para encargar" este tipo de asuntos. Lo que relata a continuación es una escena propia de una película de acción: una reunión a caballo a las afueras de el municipio madrileño de El Álamo.
Fuera como fuese el encuentro, el caso es que —según su relato— a él le piden "que estos documentos no aparezcan" y "la forma más sencilla de hacerlo es quemar el edificio" . "Puede haber más documentos o me puedo confundir, no tengo tiempo de estudiar documentos", argumenta, "yo estoy para actuar". Él —dice— nunca pregunta quién le llama o hay detrás de la operaciones. "Yo soy mercenario del crimen, trabajo para cualquiera y donde sea", asevera.
Por lo que explica, todo tiene un precio y él no regatea. Un millón de euros más gastos es lo que pidió por deshacerse se esos documentos y quemar la torre para no dejar rastro. Si sólo hubiera sido coger los papeles reconoce que el precio hubiera sido mucho menor. Claro está que —como él mismo comenta durante la entrevista— lo que había en ellos era muy importante para quienes (siempre habla en plural) le hicieron el encargo. No obstante, él asegura que desconoce qué contenían o les hacía tan valiosos.
Cabe recordar que el caso abierto por el incendio del Windsor, el primer rascacielos de AZCA y símbolo económico de la capital, fue sobreseído por la Justicia en 2006. Desde entonces, lo que ocurrió en la noche del 12 al 13 de febrero de 2005 ha estado envuelto de misterio. La grabación de unas sombras que no se pudieron identificar y la rápida propagación de unas llamas que devoraron un edificio de más de 100 plantas de manera fulminante sin que se encontrara ningún acelerante, dieron pie a todo tipo de teorías.
Lo más popular
-
Rubén Amón: "La imagen de Morante despidiéndose del toreo en Madrid es un corte de mangas a Sevilla" -
Washington tiene "pruebas sólidas" contra Zapatero y "otros miembros de anteriores gobiernos" -
Javier Somalo: 'Sobria y con escolta quiero llegar a Ferraz' -
Indignación ante el abandono de los pacientes de Von Hippel-Lindau: "Es una crueldad" -
Nueva pesadilla para Ábalos y Koldo: la UCO confirma que generaban las "deudas" de Acciona y Cerdán "gestionaba pagos"
Ver los comentarios Ocultar los comentarios