Detenido esta semana en el sur de Francia tras meses de fuga, Allal El Mourabit es mucho más que un simple fugitivo. Su nombre figuraba en informes del CNI y del Servicio de Información de la Guardia Civil como uno de los perfiles más preocupantes del yihadismo en territorio nacional. Ahora se le atribuyen tres asesinatos cometidos en el entorno rural de Navarra y Lérida entre noviembre de 2023 y enero de 2024.
De nacionalidad española y origen marroquí, El Mourabit, camionero de profesión, se había convertido en un rostro conocido para los servicios de inteligencia. Su proceso de radicalización comenzó años atrás, cuando intentó sin éxito unirse a las filas del Estado Islámico en Siria. Fue interceptado en Turquía y enviado de vuelta a España, donde pasó dos años en prisión preventiva. Aquella experiencia, lejos de frenar su deriva, intensificó su fanatismo.
Condenado por terrorismo
Tras su primer juicio en la Audiencia Nacional —en el que llegó a ironizar comparando sus viajes a Turquía con supuestas escapadas judiciales a Colombia— fue condenado a cinco años de prisión y otros tres de libertad vigilada por enaltecimiento del terrorismo y tentativa de integración en organización terrorista. Sin embargo, al haber cumplido ya dos años en prisión provisional, no volvió a pisar una celda. A partir de ahí, su espiral extremista se aceleró.
Pese a la condena, retomó su actividad como camionero y comenzó a difundir vídeos en Youtube en los que se mofaba del sistema judicial español, mientras seguía alimentando su ideología radical. La Guardia Civil volvió a detenerle en 2019 tras encontrar en su poder material yihadista, incluidos cánticos de guerra y propaganda vinculada a Hamás.
En 2020 volvió a sentarse en el banquillo, esta vez acusado de autoadoctrinamiento terrorista. Su actitud altiva le llevó a ser expulsado de la sala durante su intervención final, tras acusar al Estado de perseguirle por su religión. Pese a la petición de la Fiscalía, que solicitaba cinco años de prisión y otros cinco de libertad vigilada, fue absuelto por falta de pruebas. Esa decisión judicial acabaría siendo determinante.
Tras la sentencia, se le impuso una pulsera telemática y la prohibición de abandonar Vitoria. Pero en septiembre de 2023, la Policía halló esa misma pulsera tirada en un parque de la ciudad. El Mourabit había desaparecido. A partir de entonces, se activó su búsqueda, pero durante meses logró moverse sin ser detectado por zonas rurales del norte del país.
Ruta sangrienta por el campo español
Fue entonces cuando comenzó su reguero de sangre. El 22 de noviembre de 2023, un agricultor fue asesinado en Tudela. Un mes después, otra víctima apareció muerta en Ribaforada. En enero de 2024, un tercer crimen sacudió la localidad de Vilanova de la Barca, en Lérida. En los tres casos, el asesino empleó un machete y robó el vehículo de las víctimas para continuar su fuga. Fue el hallazgo del coche de la segunda víctima cerca del tercer crimen lo que permitió a los investigadores cerrar el círculo.
Durante su huida, El Mourabit evitó las zonas pobladas, durmió en la intemperie y se alimentó de lo que robaba en los campos. Con su rostro ya conocido públicamente y en todos los medios, se convirtió en uno de los objetivos prioritarios de las fuerzas de seguridad. Finalmente, un operativo conjunto de la Policía Nacional, la Guardia Civil, los Mossos d'Esquadra y la Policía francesa permitió su detención en el sur de Francia. Ahora se tramita su extradición para ser juzgado en España, aunque ya es tarde para las tres víctimas.