Un matrimonio ha sido arrestado por la Policía Local de Oviedo tras tener conocimiento de las terribles condiciones en las que tenían a sus tres hijos, que ya se encuentran bajo la tutela de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, al menos desde 2021. Durante todo este tiempo, los menores —dos gemelos de 8 años y su hermano mayor de 10, en la actualidad— han permanecido encerrados en una vivienda unifamiliar de Fitoria, a las afueras de la capital asturiana, entre basura y excrementos de animales.
Los niños estaban sin escolarizar y tenían prohibido salir de la casa. Tanto es así que los vecinos ni siquiera sabían que había menores en el domicilio y vivían ajenos a lo que ocurría en el interior del inmueble, que ha sido apodado como "la casa de los horrores" por los investigadores. Según ha confirmado a Libertad Digital fuentes de Guardia Civil, que se encarga de la instrucción, la pareja —un alemán de 53 años y una estadounidense de 48, con doble nacionalidad— han pasado a disposición judicial alrededor de las once de la mañana de este miércoles.
Una vecina destapó el caso
La operación comenzó el pasado 14 de abril, después de que una residente de la zona diera la voz de alarma. La mujer había escuchado voces que parecían de niños procedentes de la vivienda. Aunque, aseguró, nunca había visto salir a ninguno de la casa para jugar o ir al colegio. Ni siquiera en el jardín del propio chalet. Pero, tras varios días de vigilancia, los investigadores tuvieron claro que allí tenía que vivir más de una persona (el hombre al que veían entrar y salir de la casa).
Así lo indicaban los movimientos que se intuían a través de las pocas ventanas que no estaban cerradas y las cajas de comida de los pedidos que el varón introducía en el domicilio. Los agentes no daban crédito a lo que encontraron al entrar en la casa. Los menores —de 8 y 10 años— iban descalzos, llevaban pañales puestos y dormían aún en cunas. Cuando quisieron sacarles del inmueble ni siquiera tenían zapatos de su número, ya que llevaban años sin comprarles calzado.
Nada era "normal"
El comisario principal de la Policía Local de Oviedo, Francisco Javier Lozano, ha ofrecido este miércoles una rueda de prensa en la que ha explicado los pormenores de la operación, que se saldó con la detención del matrimonio a las 14.45 horas del pasado lunes, tras el pertinente registro de la casa en medio del apagón eléctrico que se registró alrededor de las 11.30 horas en todo el país.
Algo que hizo un poco más difícil la inspección de la vivienda, que contaba con estancias totalmente a oscuras. Las ventanas estaban cerradas a cal y canto, por lo que no entraba la luz de sol (ni tampoco el aire de la calle). Nada más entrar en la vivienda, percibieron que las condiciones en las que estaban los moradores "no eran las normales". Y, aunque todavía se han determinar las responsabilidades penales, la PLO cree que existen "indicios de criminalidad" suficientes.
La casa de los horrores
Les abrió la puerta el padre de la familia, descalzo y con aspecto desaliñado. Reconoció que había menores en el interior de la casa, pero pidió a los agentes que les dieran tiempo para que pudieran ponerse sus mascarillas (tres cada uno, una encima de otra) porque estaban muy enfermos. Los niños reaccionaron de forma extraña.
Por lo que ellos mismos trasladaron al traductor que participó en la intervención policial, habían estado "sin contacto con el exterior" desde que llegaron al chalet de Oviedo. Las pesquisas han revelado que el inmueble fue alquilado en octubre de 2021 por el varón, que se empadronó sólo unos meses más tarde.
De momento, se desconocen los motivos que llevaron a esta familia a vivir en cautiverio y en condiciones de insalubridad dentro del chalet asturiano. Aunque se encontraron gran cantidad de medicamentos, los informes médicos que han podido consultar (de 2019, en Alemania) no confirman el delicado estado de salud que la pareja detenida dice que tienen sus hijos.
Además, los niños "no existen" para el sistema porque nunca estuvieron escolarizados en nuestro país. Aunque se cree que pudieron recibir algo de formación en casa, teniendo en cuenta que se comunicaban en inglés (el padre es alemán y la madre tiene las dos nacionalidades, estadounidense y alemana).