La muerte de Simona Cinà, una joven de 20 años hallada sin vida en la piscina de una villa en Bagheria (Palermo) durante una fiesta de graduación, sigue bajo investigación. Mientras la Fiscalía de Termini Imerese avanza en la instrucción del caso, la familia de la víctima plantea numerosas incógnitas y pone en duda aspectos fundamentales de la reconstrucción oficial.
Simona, deportista y jugadora federada de voleibol, no presentaba problemas de salud. La noche del suceso acudió con amigos a la celebración. A la una de la madrugada envió un mensaje a su madre para avisar de que iba a bañarse. Fue su última comunicación. A las 4:50, al ver que no había regresado, la familia intentó contactarla.
Un joven respondió a la llamada y dijo que la chica se encontraba mal. Cuando los padres y su hermana gemela llegaron a la villa, la encontraron sin vida, fuera del agua y con señales de maniobras de reanimación torpemente realizadas. Desde ese momento, las dudas se multiplicaron.
Limpieza del lugar
La familia asegura que el entorno de la piscina parecía haber sido limpiado. "Cuando llegamos, solo había botellas de agua y ni una sola bebida alcohólica, a pesar de que en los vídeos publicados en redes sociales todos llevaban cócteles en la mano", han declarado. Según esa misma versión, la piscina también presentaba un estado anormalmente impecable. La Fiscalía niega cualquier manipulación del lugar. En su comunicado afirma que se encontraron restos de alcohol en el jardín y en el área de baño, y descarta que desaparecieran objetos.
Hay también diferencias significativas en cuanto a la posición del cuerpo. Según la Fiscalía, el cadáver fue hallado boca abajo, en un rincón poco iluminado de la piscina. La familia sostiene que estaba boca arriba. "Si hubiera caído al agua, no la habrían encontrado en esa posición. Incluso si se hubiera sentido mal mientras estaba en la piscina, ¿por qué nadie vio el cadáver?", se pregunta su abogado.
Hipótesis abiertas
La ropa de la joven tampoco fue localizada, al menos en un primer momento. Su hermana Roberta lo expresó así: "No estaba su ropa". La Fiscalía niega que hubiese desaparición alguna. En paralelo, la familia plantea la hipótesis de que a Simona le pudieran haber echado algo en la bebida. "No era de las que se emborrachaban en fiestas. En los vídeos que nos enviaron sus amigos, se la ve completamente lúcida", ha declarado su hermana.
Sobre la participación de los asistentes, la Fiscalía defiende que varios de los presentes ya han colaborado con los investigadores y que algunos intentaron socorrer a la joven. Los representantes de la familia, en cambio, insisten en la falta de información y contacto por parte de quienes estuvieron en la fiesta.
La causa de la muerte continúa sin esclarecerse. La primera inspección forense fue inconcluyente y la Fiscalía ha ordenado una autopsia, que se realizará en Palermo. Entre tanto, se ha abierto una investigación por homicidio. La familia, por su parte, mantiene su disposición a colaborar. "Estamos del lado de la fiscalía, del lado de la verdad", han declarado.