'Crónica negra' con Alfonso Egea: la violenta muerte del niño Luccas
Alfonso Egea, especialista en temas de sucesos, ha analizado el caso en En Casa de Herrero de esRadio.
El caso del pequeño Lucca, el niño de 4 años hallado muerto el pasado 3 de diciembre en una playa de Garrucha, sigue bajo investigación judicial mientras se esclarece el papel que desempeñaron su madre y el padrastro del menor. Ambos se encuentran en prisión provisional sin fianza después de que la autopsia confirmara que el niño falleció como consecuencia de un shock hipovolémico provocado por un desgarro hepático y un politraumatismo abdominal compatible con una agresión violenta.
Según la investigación de la Guardia Civil, el padrastro del menor, Juan David R. C., maltrataba de forma habitual a Lucca y llegó incluso a fracturarle un brazo en una ocasión. La madre del niño, Bárbara B. O., de 21 años, tenía conocimiento previo de estos episodios de violencia, tal y como consta en declaraciones policiales y judiciales anteriores. De hecho, el hombre tenía en vigor desde el pasado 20 de octubre una orden de alejamiento que le prohibía acercarse tanto a la mujer como al menor, tras acreditarse un episodio de maltrato en un procedimiento penal previo.
El día de los hechos, la madre salió del domicilio sobre las once de la mañana para acudir a su trabajo, dejando al niño al cuidado de su pareja. Según el auto judicial, fue durante ese periodo cuando el padrastro habría agredido brutalmente al menor. La mujer regresó alrededor de una hora después, alertada por su pareja de que el niño se encontraba "mal", pero no solicitó asistencia sanitaria pese a que Lucca agonizó durante varias horas antes de fallecer, aproximadamente a las tres y media de la tarde.
La investigación apunta a que la madre pudo presenciar parte de la agresión y, aun así, no actuó para auxiliar a su hijo ni impedir los hechos. Posteriormente, ambos trasladaron el cuerpo sin vida del menor hasta un búnker abandonado situado en una playa cercana al límite entre Garrucha y Mojácar, donde fue localizado horas después.
En los mensajes enviados tras la muerte del niño, la madre llegó a reconocer de forma indiciaria su participación en los hechos y trató de exculpar a su pareja, atribuyendo lo ocurrido a causas accidentales e incluso a supuestos rituales o prácticas de santería. Precisamente ahora, la defensa del padrastro ha solicitado ampliar las diligencias para investigar si la muerte pudo producirse de forma accidental durante un presunto ritual de sanación.
"Tenemos que ser respetuosos con los derechos que asisten a cualquier detenido, pero ser respetuoso con eso no es sinónimo de que seamos imbéciles ni de que nos tengamos que creer absolutamente cualquier argumento que nazca del legítimo derecho de la defensa", ha criticado Egea.
"Cuando Juan David es detenido, se porta como un cobarde, pero como un auténtico cobarde en el puesto de la Guardia Civil de Garrucha donde echa la culpa a Bárbara de todo lo que ha ocurrido, construye una coartada, le oculta a los guardias civiles que lo que él hizo durante la tarde es buscar un billete de autobús para abandonar la localidad lo antes posible", ha criticado Egea.
"Eres muy consciente de que te has llevado por delante la vida de un niño pequeño y que tu horizonte penal son 25 años de cárcel, te pongas como te pongas. Pero si fue cobarde con la Guardia Civil, lo fue mucho más con la juez de instrucción", ha indicado el especialista en sucesos.
"Por respeto al niño, por respeto a su abuelo, que aunque ya lo sabe, tampoco creo que le haga gracia que los medios de comunicación vayamos publicitando cómo murió su nieto, la muerte de Lucas fue absolutamente homicida, decidida por un adulto y en ningún caso fruto de un accidente. Al niño no se le reventó de repente el intestino. El niño recibió un durísimo castigo previo a su muerte", ha explicado Egea.
"Y el niño fallece con evidentes signos de haber sido víctima de una agresión sexual. Diga lo que diga Juan David y venda lo que venda acerca de un presunto ritual de sanación. Pero, como siempre, este tipo de investigados protegen sus versiones creyendo que sus mentiras no pueden ser demostradas", ha añadido.
"Hay una prueba del laboratorio que es fundamental, que es muy desagradable explicar, pero que es fundamental para entender la motivación de este crimen. Los investigadores creen haber encontrado en el cuerpo del pequeño David los restos biológicos -semen- que se correspondan directamente con Juan David y creo que no tengo que dar más detalles para imaginar de qué tipo de restos estamos hablando", ha apuntado Egea.
"Una vez se localice eso, poca duda va a haber acerca de lo que motivó este asesinato sin paliativos. En el propio auto de prisión del acusado se explica que hay unos antecedentes de malos tratos que están absolutamente acreditados". Bárbara tiene 21 años, es "una niñata, es una muy mala madre. Tiene un serio problema de adicción, está embarazada de 5 meses y no creo que sea la persona más adecuada para decidir de forma libre reanudar la relación con un señor que ya le había calentado el lomo y que ya estaba condenado por un delito de maltrato contra ella", ha concluido Alfonso Egea.
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