La señorial rivalidad, las lágrimas y el tirón de orejas
El Abierto de Australia nos regala unas primeras semifinales de lujo entre Rafa Nadal y Roger Federer.
Rafa Nadal y Roger Federer se miden este jueves por vigésimo séptima vez en un torneo oficial de la ATP. El encuentro es la puerta de entrada a la final del primer Grand Slam del año para dos tenistas que quieren acabar con el dominio impuesto por Novak Djokovic en la pasada temporada.
El encuentro llega marcado por tres hechos. El primero, el toque público de atención de Nadal a Federer por la lucha que mantienen la mayoría de los tenistas para cambiar, entre otras cosas, el calendario. El segundo, por la final que ambos brindaron al público en 2009 con la victoria de Nadal y las famosas lágrimas de Federer que iniciaron un cambio de ciclo. Y tercero, por el último enfrentamiento entre ambos, que deparó una victoria arrolladora del helvético.
¿Tensión entre ambos?
La relación entre Rafa Nadal y Roger Federer siempre se había puesto como ejemplo por la gran rivalidad que mantienen dentro de la pistas y el señorío que demuestran fuera de ella. Dicha relación no ha cambiado, pero las palabras de Nadal en la rueda de prensa previa al Abierto de Australia sorprendió a propios y extraños.
Nadal acusó a Federer de no ‘mojarse’ en la disputa que mantienen los tensitas con la ATP para quedar como un ‘gentleman’. El suizo, presidente de los tenistas, no apoyó la candidatura de un presidente de la ATP europeo y no ha protestado por los exiguos premios que dan algunos torneos –queja prioritaria de los jugadores con menor ranking porque, dicen, pierden dinero- y, la mayor reivindicación de Nadal, un calendario mucho menos apretado con más torneos de tierra y con una Copa Davis bianual.
El español explotó públicamente en rueda de prensa y, rápidamente, rectificó y aseguró que no era el mejor momento para hablar. Después, ha sido preguntado por el tema y ha evitado entrar en mayor polémica, al igual que Federer, que no quiso responder al tenista de Manacor.
Revancha suiza
El encuentro supone la vigésimo séptima vez que ambos se enfrentan, con un bagaje de 17-9 favorable al español. Es la segunda vez que se miden en unas semifinales de Grand Slam, tras la penúltima ronda de París en 2005, con victoria para Nadal. Este hecho ha venido propiciado porque han sido número uno y dos del mundo durante varios años y la temporada pasada el suizo siempre caía en el sorteo por el lado de Djokovic.
Además, será la segunda vez que se enfrenten en la Rod Laver Arena. La primera, siempre quedará como uno de los mejores partidos de la historia del tenis. Todo un ejemplo de rivalidad y de señorío, donde ambos mostraron los valores del deporte.
Para la posteridad quedarán las lágrimas de Roger Federer al final del partido tras ser derrotado por el español en cinco sets, levantando de esta forma Nadal su único triunfo en Australia. La victoria venía precedida por los triunfos del español sobre el suizo en la épica final de Wimbledon y en la tierra batida de París.
Jugar de tú a tú
Por último, Rafa Nadal también busca la revancha de la contundente victoria (6-3 y 6-0) de Roger Federer en el último enfrentamiento entre ambos. Tuvo lugar en la Copa Masters disputada en el O2 Arena y el suizo infligió un doloroso rosco al español, que todavía no ha olvidado.
Entonces Nadal llegó muy justo a final de temporada y con la Copa Davis a la vista. Eligió un tenis mucho más conservador, dejando la iniciativa a Federer, que le dio una clase magistral. El manacorense no quiere que eso se repita y, lo primero que dijo tras eliminar a Berdych, fue que hay que “jugarle de tú a tú”. Y nosotros disfrutaremos mucho.
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