¿Por qué no cuaja la Fórmula Uno en Estados Unidos?
Los promotores tratan de preparar el terreno para el GP de Estados Unidos en Austin, pero la afición da la espalda a la F1.
El próximo mes de noviembre, entre el 16 y el 18 en Austin, Texas, la Fórmula Uno volverá a Estados Unidos cuatro años después. Si se cumple lo previsto, el año que viene habrá un nuevo Gran Premio en Nueva Jersey, con el skyline de Nueva York como telón de fondo.
En Estados Unidos se abren numerosas dudas acerca del impacto que tendrá el GP de Estados Unidos en el pueblo americano. Desde que en 1980 se acabara con la tradición de veinte años de disputar el GP en el circuito de Watkins Glen, en Nueva York, los eventos han ido cambiando de estado y de ciudad sin ningún éxito.
Entre los mayores fiascos se encuentra el GP de 2005 en Indianápolis, donde siete equipos boicotearon la carrera por la seguridad de los neumáticos. En 1981, el público dio la espalda al circuito construido en el parking del Hotel Caesars Palace de Las Vegas. Algo similar ocurrió con el GP de 1990 en Phoenix, Arizona.
No es rentable
Las ciudades americanas temen acoger estos años un evento que les cuesta una gran suma de dinero. Deben de pagar una tasa estimada en 25 millones de dólares requerida por Bernie Ecclestone. El dinero debe ser asumido por las ciudades y recuperado, mayoritariamente, a través de la venta de entradas.
En Austin, según revela The Economist, el estado de Texas se compromete a pagar la tasa para diez años. Sin embargo, el gobernador del estado pone en duda el compromiso y lo supedita a la cantidad de entradas que se vendan. Leo Hindery Jr., defensor del GP de Nueva Jersey, que no necesitará dinero público, augura que la carrera de Austin no sobrevivirá.
En el lado contrario se sitúan los países asiáticos y de Oriente Medio, que están ávidos por conseguir hacerse un hueco en el mundo y no tienen problemas de financiación para llevar el gran circo de la Fórmula Uno a sus países.
Sin gran tirón
Uno de los grandes impedimentos para que la Fórmula Uno cuaje en Estados Unidos es que al público americano no le engancha. La carrera de motor que más aficionados tiene en el país es la NASCAR, donde se pueden ver multitud de adelantamientos en un circuito ovalado.
Gran cantidad de público no entienden las complicadas reglas que tiene la Fórmula Uno. Entre ellas, el nuevo KERS usado para adelantar. Los americanos consideran aburridas las carreras por la falta de adelantamientos y porque todo se decide en boxes, mientras que en el NASCAR un coche puede adelantar hasta cinco veces en la misma vuelta.
Otra clave para entender la falta de atracción por la Fórmula Uno es la ausencia de pilotos americanos. Como ocurrió en España antes de la llegada de Fernando Alonso, en Estados Unidos falta un ídolo con el que engancharse a la competición.
A falta de un piloto local, los americanos tampoco tienen ningún equipo en el gran circo. Ford, que solía correr con el equipo Jaguar, se retiró de la Fórmula Uno en 2004.
Ahora, los promotores de la Fórmula Uno y del GP de Estados Unidos preparan el terreno para que la prueba sea todo un éxito. Sebastian Vettel ha pasado por el programa de David Letterman para promocionar el deporte. Sin embargo, aún queda mucho por hacer en un país donde prima el espectáculo ante todo.
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