Kaká, el problema que nunca acaba

El Real Madrid vuelve este lunes al trabajo. José Mourinho ha citado a los 13 jugadores disponibles de la primera plantilla y a los canteranos con los que trabajará hasta la incorporación de los internacionales de la Eurocopa a las 08:15 en Valdebebas. Entre ellos, cómo no, estará Ricardo Kaká.

El brasileño llegó el domingo a Madrid para ponerse a las órdenes de José Mourinho. Kaká comienza su cuarto año como madridista en los que ha pasado de ser una de las estrellas más deseadas al jugador incómodo que es ahora para el club.

Después de dos meses de vacaciones, su situación en el Real Madrid sigue igual de incierta. La afición y Mourinho aún se acuerdan de su intervención en las semifinales de la Champions ante el Bayern, donde salió para resolver el partido, y acabó jugando de forma apática y fallando uno de los penaltis en la tanda decisiva.

Estos días Mourinho debe decidir qué quiere de él. Mantendrán una charla en el vestuario en la que el técnico tendrá que decirle a la cara cuál es su situación en el Real Madrid. Después de todas las oportunidades que tuvo la pasada temporada, parece poco plausible que vuelva a gozar de esa confianza este año. Por ello, lo más probable es que Mourinho le diga que no es imprescindible.

Además del deportivo, Kaká supone un problema económico al Real Madrid. Llegó hace cuatro años del Milan en un traspaso de 65 millones que no ha amortizado. Ese dineral se suma, además, a la alta ficha del brasileño, 10 millones de euros netos al año.

Por ello, un traspaso al Milan, que tiene dinero fresco después de la venta de Thiago Silva y la inminente de Ibrahimovic, vendría muy bien a las arcas del club. Según desvela Marca, la marcha de Kaká supondría al Real Madrid, además del dinero del traspaso, un ahorro de 70 millones de euros.

Esto se debe, según los cálculos del periódico, a que Kaká cobra 10 millones de euros netos, que se traducen en 24,6 millones de euros brutos los dos próximos años debido a los impuestos. Además, el último año de su contrato, el brasileño no estaría amparado por la Ley Beckham, que sólo cuenta en los cinco primeros años, con lo que tributaría al tipo normal, el 52%. Es decir, el último año de contrato supondría un gasto de 15,2 millones. En total son 40 millones de euros en ficha, más los 30 millones que le quedan al Madrid por amortizar. Berlusconi es la salvación del Real Madrid en el caso Kaká.