Sonó el silbido del árbitro tras el gol de Lafita y el FC Barcelona dio por pérdida la Liga después de empatar (2-2) en el Camp Nou, en el que se sentía como el último desbarajuste de una temporada complicada. Salió Xavi para hacer balance de una campaña en la que no habían "cubierto las expectativas" y Busquets habló de "errores impropios de profesionales". Hasta el Tata Martino entonó su enésimo "mea culpa" sobre el destino del equipo e, incluso, fue más allá y cuestionó su continuidad en el club. El Barça parecía dar por cerrada la Liga y los pensamientos comenzaban a estar en las vacaciones y el Mundial de Brasil 2014.
Llegó el domingo y el Atlético de Madrid, el líder que llevaba tres meses sin perder, cayó ante el Levante (2-0) para que, unas horas más tarde, el Real Madrid rescatase un empate (2-2) en el último suspiro ante el Valencia. De un golpe, las opciones del conjunto azulgrana para ganar la Liga se reactivasen.
Pudo haber sido incluso mejor para el conjunto azulgrana que, de haber perdido el Real Madrid, hubiera dependido de sí mismo para ganar el torneo. El conjunto barcelonista ya hace sus cuentas y espera un tropiezo de los madridistas, siempre y cuando gane en Elche y pueda llegar a la última jornada dispuesto a pelearle la Liga al Atlético en el Camp Nou. Las vacaciones tendrán que esperar.