L D (EFE) Una clasificación que lidera el coreano Kyung-Shin Yoon con unos inalcanzables 283 tantos, casi 60 más que el sueco Magnus Wislander, elegido mejor jugador del siglo XX por la Federación Internacional de Balonmano (IHF), que suma un total de 228 goles. Tan sólo tres tantos más que su compatriota, el lateral Stefan Lovgren, todavía en activo en las filas del Kiel alemán, que ocupa la tercera plaza en la lista de máximos "artilleros" mundialistas con 225 tantos.
Cifras de las que el jugador del Ciudad Real, que previsiblemente romperá en Alemania la barrera de los 200 goles, podría estar mucho más cerca, de no ser por los cuatro años, de 2000 a 2004, en los que el hispano-cubano estuvo sin poder competir en ninguna competición internacional a nivel de selecciones tras romper con la Federación Cubana. Cuatro años en los que Uríos, que cumplió el pasado sábado 36 años, aunque como él insiste, físicamente se encuentra como si tuviese muchísimos menos, se perdió los mundiales de Francia 2001 y Portugal 2003.
Una carrera mundialista que el pivote de Gamma pudo retomar en 2005 en Túnez, ya como integrante del equipo español, con quien debutó un año antes, en los Juegos Olímpicos de Atenas, tan sólo unos meses después de obtener la ciudadanía española. Campeonato en el que Uríos fue una de las piezas claves del triunfo cosechado por los Juan Carlos Pastor, quien tiene en el jugador del Ciudad Real, donde recaló a comienzos de la temporada 2000-01, una de sus piezas claves.
No en vano, el seleccionador nacional no duda en reconocer que la primera opción en ataque del equipo español es siempre un pase al pivote hispano-cubano, que no suele desaprovechar la generosidad de sus compañeros, como demuestran los tan sólo cinco tiros que Rolando Uríos ha fallado en los cinco encuentros que ha disputado en Alemania. Cita mundialista con la que Uríos suma seis presencias en un Campeonato del Mundo, cuatro con Cuba, con quien disputó los torneos de Checoslovaquia 1990, Islandia 1995, Japón 1997 y Egipto 1999, donde el conjunto caribeño logró una meritoria octava plaza, y otras dos con el equipo español.
"Son dos experiencias totalmente diferentes, nada es igual ni el juego, ni los equipos, ni la preparación, ni, por supuesto, los objetivos, con Cuba la idea era llegar a octavos, llegar a cuartos y después lo que Dios quisiera", comentó Uríos. Unas metas absolutamente distintas a las que el hispano-cubano se marca con el conjunto español, con quien ya acumula un oro universal y una plata europea, medallas a las que Uríos, elegido mejor pivote del pasado Campeonato de Europa de Suiza 2006, confía en sumar un nuevo metal en Alemania.
Cifras de las que el jugador del Ciudad Real, que previsiblemente romperá en Alemania la barrera de los 200 goles, podría estar mucho más cerca, de no ser por los cuatro años, de 2000 a 2004, en los que el hispano-cubano estuvo sin poder competir en ninguna competición internacional a nivel de selecciones tras romper con la Federación Cubana. Cuatro años en los que Uríos, que cumplió el pasado sábado 36 años, aunque como él insiste, físicamente se encuentra como si tuviese muchísimos menos, se perdió los mundiales de Francia 2001 y Portugal 2003.
Una carrera mundialista que el pivote de Gamma pudo retomar en 2005 en Túnez, ya como integrante del equipo español, con quien debutó un año antes, en los Juegos Olímpicos de Atenas, tan sólo unos meses después de obtener la ciudadanía española. Campeonato en el que Uríos fue una de las piezas claves del triunfo cosechado por los Juan Carlos Pastor, quien tiene en el jugador del Ciudad Real, donde recaló a comienzos de la temporada 2000-01, una de sus piezas claves.
No en vano, el seleccionador nacional no duda en reconocer que la primera opción en ataque del equipo español es siempre un pase al pivote hispano-cubano, que no suele desaprovechar la generosidad de sus compañeros, como demuestran los tan sólo cinco tiros que Rolando Uríos ha fallado en los cinco encuentros que ha disputado en Alemania. Cita mundialista con la que Uríos suma seis presencias en un Campeonato del Mundo, cuatro con Cuba, con quien disputó los torneos de Checoslovaquia 1990, Islandia 1995, Japón 1997 y Egipto 1999, donde el conjunto caribeño logró una meritoria octava plaza, y otras dos con el equipo español.
"Son dos experiencias totalmente diferentes, nada es igual ni el juego, ni los equipos, ni la preparación, ni, por supuesto, los objetivos, con Cuba la idea era llegar a octavos, llegar a cuartos y después lo que Dios quisiera", comentó Uríos. Unas metas absolutamente distintas a las que el hispano-cubano se marca con el conjunto español, con quien ya acumula un oro universal y una plata europea, medallas a las que Uríos, elegido mejor pivote del pasado Campeonato de Europa de Suiza 2006, confía en sumar un nuevo metal en Alemania.