Diego Forlán no cuenta con la confianza de algunos compañeros del Atlético de Madrid. O al menos eso asegura el diario El País. El delantero uruguayo, sustituido el pasado sábado en el partido contra el Sevilla en el Vicente Calderón (2-2), tampoco parece contar mucho con la confianza del técnico Quique Sánchez Flores. A los 83 minutos fue reemplazado por el brasileño Diego Costa, en una medida que le gustó muy poco al Cacha. "¡La hostia! ¡La puta que lo parió! ¡Me voy!", dijo en voz alta el ariete, autor de los pases de gol a Koke y Reyes, a la hora de abandonar el campo. Quique, para no echar más leña al fuego, no se acercó a darle la mano.
En la rueda de prensa posterior al partido, el técnico madrileño definía como "supernormal" su relación con el uruguayo. "He estado hablando con él y lo ha entendido. Hay otros jugadores, como él, que también quieren jugar. No le he dado la mano porque yo sé cuando tengo que dar la mano a un jugador. Llevo muchos años en esto y sé manejar estas cosas. He hablado con él y no hay problema", se defendía Quique.
Según cuenta el diario del Grupo Prisa, el motivo del enfado de Forlán, proclamado por la FIFA como Mejor Jugador del Mundial de Sudáfrica, era José Antonio Reyes. Aunque el sevillano le pasó el balón en seis ocasiones durante el duelo contra los sevillistas –el doble que a la inversa–, el charrúa le reprochó que le había dado el pase en el segundo gol mientras que el de Utrera le había ignorado en otras situaciones en las que estaba en mejor posición.
El resto de jugadores se da cuenta de esta circunstancia y admite que no le gusta lo que está viendo. "Desde mi posición veo cosas que no me gustan, que no transmiten un mensaje de unión, de equipo. Por ejemplo, veo que Reyes ignora a Forlán, que prefiere retener la pelota y terminar presionado por cuatro rivales antes que pasársela", asegura uno de los jugadores que fue titular contra el Sevilla y cuyo nombre prefiere no desvelar El País. "Es un problema que arrastramos desde hace muchísimo tiempo, prácticamente desde que Diego nos clasificó para la Champions de la temporada 2009-2010 con una segunda vuelta espectacular", reconocen los técnicos.
Al amparo del anonimato, varios empleados del Atlético recuerdan cómo Abel Resino, entonces entrenador del primer equipo, "dio los galones a un futbolista que casi él solito ganó siete de los últimos ocho partidos de la Liga. Eso no gustó a un par de jugadores y le terminó costando el puesto". Uno de esos futbolistas es José Antonio Reyes, que "lideraba un sector del vestuario que, aprovechando el desfile por la sala de fisioterapia, se cuchicheaban una consigna clara: 'Ni un balón a la rubia'. Así es cómo llaman a Forlán a su espalda". Aunque las estadísticas indican que Forlán recibe el balón más que pasarlo (61 por 29), un jugador rojiblanco recuerda que "es alucinante ver cómo José ignora a Diego".
El uruguayo, que lleva nueve goles esta temporada –siete de ellos en la Liga– y no marca desde hace siete jornadas –firmó el segundo tanto en la goleada del Atlético sobre el Mallorca (3-0), el pasado 17 de enero–, estaba este lunes ensayando los remates a puerta en el entrenamiento en la ciudad deportiva de Majadahonda mientras sus compañeros realizaban ejercicios físicos. Por su cabeza pasa abandonar el Atlético el próximo verano, aunque su alta ficha –percibe unos 4,5 millones de euros netos por temporada– podría dificultar su salida. El otro gran impedimento que tiene el charrúa es su edad, pues cumplirá 32 años el próximo 19 de mayo.