
(Libertad Digital) La propuesta estrella en el Debate sobre el estado de la Nación de Rodríguez Zapatero de otorgar un cheque-bebé de 2.500 euros no deja de crear quebraderos de cabeza al propio Gobierno. Las primeras manifestaciones mostraban que no sabía cómo articular la propuesta. La primera formulación tenía conceptos jurídicos extraños. Todos los partidos menos el PSOE se han distanciado de la propuesta.
Este martes el ministro Caldera compareció ante el Parlamento para defender el cheque-bebé, del que, según dijo, "no hay parangón" en Europa. Es más, según sus palabras nos colocaba nada menos que en el primer puesto de la Unión Europea en ayudas directas al los nuevos nacimientos.
El ministro se refería a un informe de la Comisión de Trabajo que reflejaba que las ayudas de mayor cantidad en Europa, hasta la propuesta del Gobierno, eran 1.704,09 euros en Luxemburgo, seguidos de los 1.443,7 de Italia y los 1.064,7 de Bélgica. Pero, tal como señala el diario Expansión en una noticia publicada este miércoles, "España es el país más generoso en el momento del nacimiento, pero no después". De hecho, "el Estado tan sólo ofrece una prestación social por hijo a cargo de 291 euros al año, y siempre que los ingresos de ambos cónyuges no superen los 9.328 euros anuales.
Nada que ver con lo que ofrecen otros países. Así, Luxemburgo otorga una paga de 216 euros al mes, hasta los 18 años. Es más, la cantidad es mayor cuanto más hijos tiene la familia. En otros países, las ayudas se extienden hasta los 16, 18 e incluso 23 años. Si tenemos en cuenta todas estas ayudas, España no sólo no ocupa el primer lugar, sino que se encuentra exactamente en el polo opuesto: es el último país de la UE en ayudas por hijo como porcentaje del PIB, incluso incluyendo los 2.500 euros.