(Libertad Digital) Según un estudio del BCE publicado por el periódico Cinco Días , todos los países de la UE se han decantado tradicionalmente por favorecer la adquisición de vivienda en lugar del alquiler, con ayudas directas (subsidios o subvenciones) e indirectas (a través de exenciones y deducciones fiscales). Este es uno de los factores, junto con otros de tipo macroeconómico y coyuntural, que explican que la población europea se haya decidido por comprar una vivienda en propiedad en lugar de alquilarla, lo que ha provocado fuertes encarecimientos de los precios.
Según el BCE, uno de los elementos que mejor contribuye a equilibrar la oferta inmobiliaria es el segmento del alquiler, que además tiene importantes efectos beneficiosos sobre el mercado laboral (al favorecer la movilidad geográfica). Por eso, la autoridad monetaria se decanta claramente partidaria de que los gobiernos comiencen a reconsiderar todas sus políticas de tasas, impuestos y subsidios a favor de la adquisición de la vivienda, en especial en países como España, donde el porcentaje de viviendas en alquiler ha descendido hasta niveles alarmantemente bajos.
Sin embargo, el BCE advierte del peligro de las medidas intervencionistas y pone el caso de Irlanda, donde se decidió aplicar una nueva "tasa contra la especulación" y se encareció ostensiblemente los gastos que conlleva el proceso urbanizador para los inversores. Esto provocó la salida de los compradores-inversores y un fuerte descalabro de los precios. La población empezó a decantarse por los alquileres y el país tuvo que enfrentarse a un serio problema de escasez de inmuebles para alquilar.
Según los datos del Banco, en 1980 el parque de viviendas en alquiler en España era de alrededor del 20 por ciento del total, ahora el porcentaje se ha reducido a la mitad, 10 por ciento. Esta cifra es la más baja de todo el Continente y está muy lejos de la media europea, que asciende al 32 por ciento.
Según el BCE, uno de los elementos que mejor contribuye a equilibrar la oferta inmobiliaria es el segmento del alquiler, que además tiene importantes efectos beneficiosos sobre el mercado laboral (al favorecer la movilidad geográfica). Por eso, la autoridad monetaria se decanta claramente partidaria de que los gobiernos comiencen a reconsiderar todas sus políticas de tasas, impuestos y subsidios a favor de la adquisición de la vivienda, en especial en países como España, donde el porcentaje de viviendas en alquiler ha descendido hasta niveles alarmantemente bajos.
Sin embargo, el BCE advierte del peligro de las medidas intervencionistas y pone el caso de Irlanda, donde se decidió aplicar una nueva "tasa contra la especulación" y se encareció ostensiblemente los gastos que conlleva el proceso urbanizador para los inversores. Esto provocó la salida de los compradores-inversores y un fuerte descalabro de los precios. La población empezó a decantarse por los alquileres y el país tuvo que enfrentarse a un serio problema de escasez de inmuebles para alquilar.
Según los datos del Banco, en 1980 el parque de viviendas en alquiler en España era de alrededor del 20 por ciento del total, ahora el porcentaje se ha reducido a la mitad, 10 por ciento. Esta cifra es la más baja de todo el Continente y está muy lejos de la media europea, que asciende al 32 por ciento.