Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) han dado este miércoles un apoyo claro a la regulación de las remuneraciones de los directivos del sector financiero. De nuevo, dejan a un lado la expansión crediticia alimentada por unos tipos de interés artificialmente bajos y culpan a las remuneraciones de los directivos como un factor desencadenante de la actual crisis.
La UE ha logrado "una posición común muy fuerte" a favor de ese control, afirmó el ministro sueco de Finanzas, Anders Borg, al término de una reunión informal del Consejo Ecofín para preparar las próximas reuniones del Grupo de los Veinte (G-20).
El control del salario y remuneraciones variables de los ejecutivos financieros será uno de los puntos clave de esas citas del Grupo de los países más desarrollados y emergentes del G-20, a las que la UE acudirá unida y dispuesta a mostrar "músculo y dientes" a favor de una reforma a nivel global, aseguró Borg.
Así, la UE parece haber alcanzado la unanimidad en el afán por señalar a una supuesta codicia ilimitada de la clase empresarial y financiera como acicate de la crisis financiera. Nada han dicho de momento, sobre las fuertes inyecciones de dinero público en rescates bancarios, o las fuertes bajadas de los tipos de interés. Unos tipos cuyo nivel artificialmente bajo, originó la burbuja crediticia que abrió el camino a la crisis.
"Tenemos un acuerdo completo dentro del Eurogrupo (los países del euro) y un apoyo muy masivo dentro de los Veintisiete", destacó la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, quien presentó al Consejo una propuesta en este sentido, según recoge Efe.
Los ministros de Finanzas del G20 tratarán esta cuestión y otras sobre la reforma del sistema financiero mundial en la reunión del viernes y sábado próximos en Londres, de cara a la cumbre de líderes del grupo de Pittsburgh (Pensilvania, EEUU) del 24 y 25 de este mes.
Por su parte, la ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, dijo que se logró "una posición bastante común" para aplicar en la práctica los principios acordados en la cumbre del G20 de abril pasado en Londres.
Salgado confió en que la próxima reunión de ministros de Finanzas del G20 aprobará "con absoluto consenso" esta regulación.
El movimiento a favor de regular el sistema de salarios y bonificaciones variables de los directivos del sector financiero se basa en que los mecanismos actuales de algunos países favorecen que los directivos asuman riesgos excesivos e innecesarios a fin de obtener más compensaciones personales.
Además, los ex directivos de muchos bancos y entidades que han tenido que ser rescatados por los Gobiernos de Europa y EEUU, tras graves errores de gestión, han recibido compensaciones millonarias al dejar sus cargos.
Al respecto, el ministro sueco, cuyo país preside la UE durante este semestre, advirtió de que puede haber "tensiones sociales importantes, porque estamos en una situación del mercado laboral muy precaria" y, por ello, "es muy importante" que desde la Unión se envíe el mensaje "de que la vieja cultura de los 'bonus' tiene que acabar".
Borg dijo que "tiene que haber un claro cambio en las reglas, con una relación más estrecha entre la asunción de riesgos y los beneficios, y con mayor consideración por el largo plazo".
En la misma línea, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, el español Joaquín Almunia, dijo que se han detectado "ciertas señales" procedentes del sector, que apuntan a que "algunos están pensando en volver a las andadas, sin ninguna medida estructural, sin nueva reglamentación".
Por ello, Almunia advirtió de que en la UE "estamos decididos a no olvidar la experiencia de esta crisis, incluso si mejora la situación en los mercados financieros". Aunque el Reino Unido ha sido en general reticente a esta idea, durante la reunión de hoy no se opuso a la regulación, según coincidieron varios ministros y fuentes comunitarias.
La posición de la UE "pone una gran presión" sobre Estados Unidos, según dijo el sueco Borg, quien destacó que el acuerdo de EEUU y los demás socios del G-20 resulta fundamental porque se necesitan "condiciones de juego equitativas" a escala global.
Los ministros comunitarios también lograron hoy un principio de acuerdo para aumentar la contribución de los miembros europeos del Fondo Monetario Internacional (FMI), desde los 75.000 millones de euros (107.000 millones de dólares) hasta los 125.000 millones de euros (178.000 millones de dólares), para ampliar los recursos de la institución en su lucha contra la crisis económica.
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