
LD (EFE) Sólo en el tercer trimestre, los beneficios ascendieron a 289 millones de euros, cifra que -en circunstancias normales- la entidad superará en el cuarto trimestre, lo que le permitirá superar los 1.100 millones. Fernández Dopico calificó estas cifras de "históricas" y consideró que "estamos viviendo nuestro momento de gloria", debido a que se han acelerado los ingresos, se ha aumentado el margen de clientes y se han desacelerado los gastos, sin renunciar a campañas de nuevos productos ni a la expansión de oficinas.
En concreto, en los nueve primeros meses del año, la entidad captó 350.000 nuevos clientes -26.000 de ellos fueron empresas- y abrió 41 sucursales. Con esta expansión, consiguió que el volumen de créditos aumentara un 17,9 por ciento, hasta 73.964 millones de euros, después de que las hipotecas crecieran un 18,6 por ciento y el resto de préstamos, casi un 20 por ciento.
Fernández Dopico destaca que, por primera vez, los créditos no hipotecarios crecieron a mayor ritmo que las hipotecas, precisamente lo que se propuso la entidad hace varios trimestres para intentar que los préstamos para la compra de vivienda supongan menos del 50 por ciento de cartera crediticia. Ahora representan el 52 por ciento. Los recursos gestionados de clientes crecieron a un ritmo superior a la actividad crediticia -un 23 por ciento hasta 84.051 millones de euros-, después de que los depósitos aumentaran un 5,4 por ciento; los fondos de inversión, un 17,4 por ciento; los planes de pensiones, un 11,8 por ciento, y la gestión de patrimonios, un 39,3 por ciento.
Debido a esta evolución de los negocios, el margen de intermediación -diferencia de ingresos y gastos de créditos y depósitos, más dividendos- aumentó un 10 por ciento, y el ordinario mejoró un 12,3 por ciento, después de que las comisiones crecieran un 10,8 por ciento, hasta 642,5 millones de euros. El margen de explotación creció un 15,2 por ciento, tras aumentar los costes un 7,8 por ciento, una cifra que ha disminuido de forma progresiva en los últimos trimestres. Los beneficios crecieron a un ritmo superior al 20 por ciento por la caída de la partida de provisiones, que estos nueve meses detrajeron de las ganancias 25 millones de euros menos que el año pasado.
Preguntado sobre la posibilidad de que el Popular sea adquirido, el consejero delegado afirma que "somos el peor banco para comprar", porque es difícil mejorar sus ratios, los grandes accionistas no están dispuestos a vender y además habría que pagar una prima importante sobre los 16.200 millones que ya vale la entidad. Sobre los rumores de concentración que afectan al resto de entidades españolas, Fernández Dopico se mostró escéptico y calificó los movimientos de las últimas semanas como "momento de euforia".
En concreto, en los nueve primeros meses del año, la entidad captó 350.000 nuevos clientes -26.000 de ellos fueron empresas- y abrió 41 sucursales. Con esta expansión, consiguió que el volumen de créditos aumentara un 17,9 por ciento, hasta 73.964 millones de euros, después de que las hipotecas crecieran un 18,6 por ciento y el resto de préstamos, casi un 20 por ciento.
Fernández Dopico destaca que, por primera vez, los créditos no hipotecarios crecieron a mayor ritmo que las hipotecas, precisamente lo que se propuso la entidad hace varios trimestres para intentar que los préstamos para la compra de vivienda supongan menos del 50 por ciento de cartera crediticia. Ahora representan el 52 por ciento. Los recursos gestionados de clientes crecieron a un ritmo superior a la actividad crediticia -un 23 por ciento hasta 84.051 millones de euros-, después de que los depósitos aumentaran un 5,4 por ciento; los fondos de inversión, un 17,4 por ciento; los planes de pensiones, un 11,8 por ciento, y la gestión de patrimonios, un 39,3 por ciento.
Debido a esta evolución de los negocios, el margen de intermediación -diferencia de ingresos y gastos de créditos y depósitos, más dividendos- aumentó un 10 por ciento, y el ordinario mejoró un 12,3 por ciento, después de que las comisiones crecieran un 10,8 por ciento, hasta 642,5 millones de euros. El margen de explotación creció un 15,2 por ciento, tras aumentar los costes un 7,8 por ciento, una cifra que ha disminuido de forma progresiva en los últimos trimestres. Los beneficios crecieron a un ritmo superior al 20 por ciento por la caída de la partida de provisiones, que estos nueve meses detrajeron de las ganancias 25 millones de euros menos que el año pasado.
Preguntado sobre la posibilidad de que el Popular sea adquirido, el consejero delegado afirma que "somos el peor banco para comprar", porque es difícil mejorar sus ratios, los grandes accionistas no están dispuestos a vender y además habría que pagar una prima importante sobre los 16.200 millones que ya vale la entidad. Sobre los rumores de concentración que afectan al resto de entidades españolas, Fernández Dopico se mostró escéptico y calificó los movimientos de las últimas semanas como "momento de euforia".