LD (Lorenzo Ramírez) La rigidez de las relaciones laborales entre empresas y empleados es un gran obstáculo para que la economía española se recupere de sus peor crisis en la historia democrática. En un escenario como el actual, con bajadas de precios, negociar los salarios en función de una previsión irreal de inflación del 2% puede terminar de dar la puntilla a las empresas, que deberán reducir sus plantillas para que no se disparen los costes.
Los empresarios han solicitado a los sindicatos que en los convenios colectivos la subida salarial sea del 1%. Aunque también se trata de una previsión irreal (los precios seguirán bajando en los próximos meses), las compañías consideran que este repunte de los sueldos sería asumible. Pero los sindicatos se oponen y por ello han presentado una reclamación ante la Audiencia Nacional para que se pronuncie al respecto.
Según ha informado este miércoles CCOO han protestado contra la decisión de la Asociación de Contact Center Española (Telemarketing) de negociar subidas salariales del 1%, según informa Europa Press. La Audiencia avala que el criterio de "previsión de inflación" que se debe seguir en la negociación colectiva se sitúa en el 2%.
En este sentido, el sindicato alerta del "bloqueo de las negociaciones de convenios para 2009 que se está produciendo por la oposición de ciertas patronales, que niegan la existencia de la previsión oficial de inflación o que sitúan ésta en el 1% en lugar del 2%".
La ley avala a CCOO, ya que la previsión del 2% está reflejada en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2009. El sindicato critica la "irresponsable actitud" de las patronales y empresas que "cuestionan" la existencia de este objetivo oficial de inflación del 2%.
Pero en realidad la irresponsabilidad es de los sindicatos, que no se dan cuenta de que si las empresas aumentan salarios por encima de la inflación muchas de ellas deberán cerrar y poner a sus trabajadores en la calle. De hecho, esta barrera legal está obligando a muchas compañías familiares a despedir empleados que no pertenezcan a la familia para poder negociar los salarios con criterios de inflación reales.
La CEOE aventura más tasas negativas de inflación, al tiempo que pide que el incremento de los salarios tenga un "tratamiento adecuado" a las actuales circunstancias y que derive en el mantenimiento de la competitividad de las empresas en un contexto de desinflación global.
Las subidas triplican la inflación
La cuestión no es baladí.La subida salarial pactada en convenios colectivos en los cinco primeros meses del año triplica la inflación. En concreto el incremento medio es del 2,68%, según los propios datos del Ministerio de Trabajo.
Este incremento salarial contrasta con la caída del Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) de mayo, que fue del 0,8%, según los datos avanzados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, que los sueldos suben más del triple que los precios de la economía.
Por sectores, la subida media pactada fue del 2,7% en el agrario, del 2,51% en la industria; del 3,57% en la construcción y del 2,53% en servicios.
La necesaria reforma laboral
El método de negociación de los salarios en el mercado laboral español va a terminar de hundir la escasa competitividad de la economía, perjudicando así el proceso de salida de la crisis económica. En la actualidad los convenios colectivos son ultraactivos, es decir, que si un convenio no se renueva sigue vigente el anterior.
La ultraactividad confiere a los convenios, en la práctica, el rango de ley o decreto, obviando que se trata de acuerdos económicos entre sindicatos y patronales que necesariamente tienen que modificarse con las circunstancias, las positivas y las negativas.
En una época como la actual, es vital aumentar la competitividad de los salarios españoles, es decir, que crezcan menos que en el resto de socios europeos y, lo más importante, que no suban más que la inflación. Justo lo contrario de lo que está sucediendo.
Ligar salarios a la productividad y a los resultados
Y el problema existe aunque se liguen los salarios al IPC real. Según recuerda el economista Alberto Recarte, autor del libro Informe Recarte 2009, en España cerca de trece millones de trabajadores tienen indexados sus salarios con la evolución del IPC, un sistema diseñado para mantener el poder adquisitivo de los empleados pero que es letal en términos de productividad, al no existir incentivos para la mejora diaria.
“Como nuestra inflación durante los diez primeros años de pertenencia al euro ha sido mayor que la del conjunto de los países miembros, nuestros precios y salarios se sitúan, hoy, en niveles muy altos, que nos hace poco competitivos frente a nuestros propios socios europeos. Una situación que puede provocar más cierres de empresas y más pérdidas de empleo de los que se habrían producido si se hubiera hecho la reforma laboral y los salarios se hubieran adecuado a la productividad de cada trabajador y a los beneficios o pérdidas de las empresas respectivas”, explica Recarte.
La rigidez salarial cuesta 1.000 millones a las empresas
Los datos avalan este enfoque, según pública este miércoles María Tejo en un artículo del diario Expansión. Con todo, los sueldos crecieron en abril un 3,5% en tasa interanual, frente al retroceso del 0,8% que ya marca la inflación, una brecha que, de cerrarse, evitaría a las empresas el gasto de 969,5 millones de euros, para un salario repartido en 12 pagas.
El cálculo está realizado sobre la base de las empresas que la Agencia Tributaria (AEAT) califica como grandes empresas, esto es, aquellas cuyo volumen de operaciones haya superado los 6,01 millones de euros en el último ejercicio; en la práctica, estas sociedades emplean a más de cinco millones de trabajadores, según Economía.