L D (EFE) En este mismo trimestre el Producto Interior Bruto (PIB) de EEUU creció a un ritmo anual del 7,2 por ciento, el más alto en 19 años, y el gasto de los consumidores, que equivale a casi el 70 por ciento del PIB, subió a un ritmo del 6,6 por ciento, el más intenso desde comienzos de 2001. Sin embargo, entre julio y septiembre, la economía perdió 41.000 empleos, llevando a unos 2,7 millones la cifra de puestos de trabajo perdidos desde que el presidente George W. Bush llegó a la Casa Blanca, en enero de 2001. El Departamento de Trabajo informó este jueves de que el número de solicitudes de subsidio por desempleo disminuyó en 43.000 la semana pasada y se ubicó en 348.000, la cifra más baja desde enero de 2001 y un indicio de que las empresas han aminorado el ritmo de despidos. El promedio de solicitudes en cuatro semanas, que es un indicador menos volátil de la situación del desempleo, disminuyó de 390.000 a 380.000, la cifra más baja desde la semana que terminó el 10 de marzo de 2001.
Desde enero de 2001, cuando se hizo evidente que una década de prosperidad económica sin par en tiempos de paz llegaba a su fin en Estados Unidos, la Reserva Federal ha aflojado más de una docena de veces su política monetaria, lo cual ha llevado a los tipos de interés a su nivel más bajo desde 1958. Este "dinero barato" y las reducciones de impuestos promulgadas por el Gobierno de Bush han contribuido a que se mantuviera el gasto de los consumidores, especialmente en algunas áreas como la vivienda. Las palabras de Greenspan sugieren que la Reserva Federal mantendrá esa política económica en tanto crea que estimula la economía sin exacerbar las presiones inflacionarias. Pero el presidente de la Reserva Federal advirtió que, en su opinión, la política fiscal está fuera de control. El Gobierno federal había acumulado un superávit de 557.000 millones de dólares en los cuatro años finales del gobierno del anterior presidente, Bill Clinton, y desde entonces ha retornado al déficit que, en el período fiscal 2004 en curso podría llegar a los 500.000 millones de dólares. Greenspan sostuvo que "las recientes discusiones sobre el presupuesto no son alentadoras", y agregó que el déficit debería atenderse con la restricción de gastos en lugar del aumento de impuestos.