
(Libertad Digital) La propuesta presentada por la Comisión Europea para reducir las emisiones de CO2 en la industria automovilística la pasada semana, puede ser especialmente perjudicial para la industria española. El sector más afectado será el de los coches de gama baja y los vehículos comerciales, justo las modalidades en las que están especializadas las plantas españolas.
El rotativo de Prisa, asegura que ha conseguido acceder a un documento que estudia el impacto económico y social que el recorte de CO2 en la industria automovilística tendrá en diferentes países de Europa. Según Cinco Días, la Comisión Europea ha negado "por activa y por pasiva" la existencia de este estudio. Al parecer, el enfrentamiento entre comisarios medioambientalistas e industriales ha sido el motivo de que este documento no salga a la luz.
Aún así, el informe calcula que la factura social de la nueva estrategia puede alcanzar los 50.000 millones de euros entre 2010 y 2020, incluyendo los costes adicionales que tendrán que soportar el fabricante, el consumidor y el Estado. Industria por su parte desconfía de que este informe ofrezca datos reales y cree que Bruselas ha maquillado a la baja este impacto. Para el departamento de Clos, el coste real por automóvil podría elevarse hasta los 3.600 euros.