
Seguramente de entre todos los afectados por la devastadora crisis económica, el amplio colectivo de inmigrantes es el que se está llevando la peor parte. Los datos de morosidad así lo demuestran, ya que el impago de los créditos en el último año se disparó un 46% dentro de la población inmigrante, cuatro veces más que la morosidad de los españoles.
También este colectivo es el que más dificultades está teniendo ahora para obtener nueva financiación. Su perfil medio es menos cualificado y sus ingresos, por lo general, más bajos. Así que la población inmigrante se encuentra en una situación mucho más vulnerable en un momento en el que la banca tiene no sólo la llave del crédito, sino la de la supervivencia.
Para frenar esa agonía, o intentar mitigarla todo lo posible, el banco ecuatoriano Pichincha, primera entidad del país, está a punto de desembarcar en España. Ya ha completado todos los requerimientos del Banco de España y el organismo regulador está a punto de darle el visto bueno definitivo. Ahora sólo queda ampliar su red en España, donde por el momento cuenta con una oficina de representación.
Pichincha es la entidad de referencia en Ecuador, un país del que proceden unos 450.000 inmigrantes que actualmente viven en España. De ellos, más de 50.000 están desempleados, según cifras no oficiales que aporta una de las asociaciones de ecuatorianos que hay en nuestro país.
La intención de esta entidad es ir abriendo una red de sucursales que creen la compañía Banco Pichincha España, como se denomina en los registros del regulador. Esta red partirá de la sede que ya ha instalado en el madrileño parque del Retiro y constará, en un principio, de cuatro delegaciones en la capital.
Tres de ellas ya están operativas y la última está a punto de inaugurarse en el barrio de Tetuán, una de las zonas donde se localiza mayor población inmigrante. En el resto de España, Banco Pichincha tiene sedes en Barcelona, Alicante y Lorca (Murcia). También pretende iniciar nuevas aperturas en Murcia y Zaragoza, entre otros puntos de la península.
Un banco tradicional
Esta entidad llega a España con el objetivo de acaparar buena parte del negocio inmigrante que no terminan de captar las entidades tradicionales. El negocio que quiere desarrollar será el de banca tradicional, sobre todo aperturas de cuentas, créditos al consumo, captación de pasivo, hipotecas y microcréditos. Es decir, los productos bancarios que más demandan estos colectivos.
Las primeras cifras que arroja el representante de la entidad en España, José Luis Tirador, invitan a pensar en un éxito: “Hasta ahora hemos abierto 2.800 cuentas y ya se han canalizado préstamos hacia Ecuador por valor de más cinco millones de euros”, decía recientemente en una entrevista concedida a El Mundo.
Hacerse con la autorización del Banco de España le servirá también a la entidad para canalizar el negocio de remesas hacia Latinoamérica. Porque hasta que no se cuenta con el visto bueno definitivo del supervisor, ninguna entidad que no tenga la licencia bancaria puede actuar en el mercado de remesas. Por eso Pichincha contaba hasta ahora con acuerdos con otras entidades -La Caixa y Santander, entre otros- para participar en este mercado.
En cualquier caso el negocio de las remesadoras también ha sufrido los efectos de la crisis económica en Estados Unidos y Europa, los dos núcleos principales desde los que se envían gran parte de los pagos hacia Latinoamérica. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el flujo de dinero que envían los inmigrantes a sus países de origen caerá este año por primera vez en la última década.
Las remesas son una muestra más de la vinculación que existe entre los países occidentales y el desarrollo latinoamericano. En 2008, según datos del BID, los países suramericanos y caribeños recibieron envíos de dinero por importe de 69.200 millones de dólares, lo que supone en varios países la segunda fuente de ingresos más importante.
Canalizar remesas
No obstante, pese a la caída del flujo de circulación, España seguirá siendo un importante mercado para las remesadoras. Pichincha lo sabe, y por eso quiere ganar terreno a otras entidades con más cuota de negocio. Alrededor de 5 millones de latinoamericanos recibieron en 2008 dinero procedente de España y, en el caso de Bolivia (el país que más remesas recibió), sólo estos envíos representan el 10% de su PIB.
Además, la entrada de este banco ecuatoriano en España no será a ciegas. Pese a que es la primera vez en la que la entidad cruza el charco para expandir su área de influencia, previamente ya había entrado en otros países con una amplia población de ecuatorianos. Otras subsidiarias de la entidad en el extranjero son Banco Financiero del Perú, Inversora Pichincha en Colombia, Banco Pichincha Panamá y Agencia Banco Pichincha en Miami.
El previsor filtro del Banco de España
Obtener el visto bueno del Banco de España para actuar como entidad financiera de pleno derecho es un proceso largo y lleno de exigentes requisitos. Aunque esta afirmación se podría matizar si la entidad que va a venir a España pertenece o no a un país de la Unión Europea.
Si este es el caso, las restricciones apenas no existen. Según la libre circulación de actividad comercial de la UE, conocida como “pasaporte comunitario”, un banco de un país miembro de la UE podría operar en España siempre que comunique al Banco de España la autorización del banco central de su país de origen. La información requerida por el supervisor español es mínima en estos casos, ya que las normas de solvencia de la banca son iguales para todos los países miembros.
El caso es diferente para países que no cuentan con el pasaporte comunitario. En estos supuestos, el proceso es similar al de la constitución de una nueva entidad. El Banco de España se caracteriza por ser una de las instituciones más exigentes a la hora de dar su autorización. Entre otros requisitos que no existen en otros países está la obligación de dotar una cantidad mínima y otra máxima a un fondo de provisiones, incluso en años de bonanza.
Además, las entidades extranjeras que obtengan el visto bueno deben obligatoriamente adscribirse al Fondo de Garantía de Depósitos español en caso de que no exista un sistema de cobertura en su país de origen o si éste fuera inferior a 100.000 euros.
Oficinas en España
El ecuatoriano Pichincha será el primer banco latinoaméricano que obtenga la licencia para actuar como entidad financiera dentro de España. Sin embargo, antes de él muchas otras entidades de la misma región ya se habían instalado en España a través de una o varias oficinas de representación.
El Banco de Guayaquil, también ecuatoriano, abrió su primera oficina en Madrid hace ya dos años con el objetivo de ofrecer productos y servicios a los 450.000 inmigrantes de aquel país que viven en España a través de acuerdos comerciales con entidades locales.
También en 2007, el Banco Bolivariano abrió su primera oficina de representación en España. La entidad tiene actualmente convenios con cinco cajas de ahorros para ofrecer algunos vehículos de inversión y sobre todo créditos al consumo a la población latinoamericana residente en España.
El regulador de la banca española se ha esforzado mucho por trasladar a los inmigrantes que estas entidades no tienen capacidad legal para ofrecer servicios financieros, según el Real Decreto de 1995. “Estas oficinas sólo pueden realizar actividades meramente informativas o comerciales sobre cuestiones bancarias, pero no pueden prestar los servicios habituales de las entidades bancarias, como dar créditos, captar depósitos, etcétera”, señalan fuentes de la entidad que preside Miguel Ángel Fernández Ordoñez . “No obstante, estas oficinas sí pueden canalizar los depósitos hacia las entidades que representan”, matizan.