LD (Agencias) Según el portavoz de la compañía, Jeff Beckman, citado por la cadena CNN, el cierre de las plantas tuvo lugar el jueves. Se trata de las dos fábricas situadas en San Antonio –donde venían operando desde hace 26 años–, con una plantilla total de 800 trabajadores.
Hace años que la multinacional con sede en San Francisco (y con 150 años de historia a sus espaldas) empezó a trasladar su producción a otros países para abaratar costes salariales y compensar así la caída de las ventas. Hace veinte años, tenía 63 plantas en territorio estadounidense.
Según Beckman, el cierre de estas plantas se ha ido aplazando pero "resultaba inevitable". "Hemos intentado hasta el final mantener parte de la producción en Estados Unidos pero tenemos que ser competitivos para sobrevivir en el mercado", explicó. La próxima primavera seguirán el mismo camino las tres plantas de Canadá.
El cosido de prendas San Antonio terminó a finales del pasado noviembre, y las últimas actividades de lavado cesaron en diciembre. Cada año, estas fábricas producían más de cuatro millones de pantalones, con un salario medio por trabajador de entre 10 y 12 dólares por hora (ente 7,8 y 9,3 euros). El traslado de la producción a países como China permitirá a la compañía hacer frente a siete años de declive en las ventas, tras haber registrado beneficios récord de 7.100 millones de dólares en 1996. En 2002, las ventas sumaron sólo 4.100 millones, y para 2003 se espera una bajada de entre un 2 y un 3 por ciento más.