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SEGÚN UNA ENCUESTA

Los británicos exigen a Brown que se apriete el cinturón y no suba los impuestos

Ya sucedió en California, cuando los contribuyentes plantaron a Schwarzenegger y no aprobaron su plan para subir los impuestos. Ahora son los británicos quienes sancionan en una encuesta el incremento de la presión fiscal que planea Brown y le reclaman un recorte del gasto público.

Ya sucedió en California, cuando los contribuyentes plantaron a Schwarzenegger y no aprobaron su plan para subir los impuestos. Ahora son los británicos quienes sancionan en una encuesta el incremento de la presión fiscal que planea Brown y le reclaman un recorte del gasto público.

La comunidad internacional parece haberse puesto de acuerdo para incrementar el gasto público como medida contra la crisis económica. Son muchos los países que han puesto en marcha la maquinaria para agrandar el Estado a costa del contribuyente.

España es uno de los países que más ha estirado este recurso para financiar rescates al sector inmobiliario, construcción y automovilístico además del plan de adquisición de activos tóxicos para drenar la crisis de nuestro sistema financiero.

Ahora se afana en aprobar más ayudas para los desempleados y financiar programas de construcción de infraestructuras como el Plan E, que incrementa notablemente el gasto público. Al mismo tiempo, el frenazo de la actividad y el consumo ha hecho caer la recaudación al tiempo que el paro se acerca peligrosamente a la cota del 20%, más de 4,3 millones de parados.

Muchos analistas sitúan nuestro déficit público en el 12% del PIB. Es decir que el Estado gasta 120.000 millones de euros más de lo que ingresa. Si traducimos esta cuenta a cualquier hogar del mundo, podemos hacernos una idea del caos financiero que supone.

Otros países, aunque en menor medida, también sufre este problema. No hay que irse muy lejos. En el Reino Unido, los contribuyentes británicos se sienten defraudados con el incremento del gasto público como solución al problema de la crisis.

Así lo ha revelado una encuesta publicada por The Sunday Times que recoge Times Online. Según este sondeo, el 60% de los encuestados apuesta por recortar drásticamente el gasto público y disminuir así el tamaño del estado que ya soporta un déficit de 175.000 millones de libras (casi 200.000 millones de euros).  

En cambio, sólo un 21% prefiere que el Gobierno suba los impuestos para cuadrar un presupuesto desequilibrado por el incremento del gasto por parte del Tesoro y los ingresos procedentes de la estructura fiscal.

El caso es que Gordon Brown, como Rodríguez Zapatero, ya ha anunciado su plan para incrementar los impuestos para sufragar los gastos de sistema nacional de seguridad social. Según este diario, cada vez es más evidente que los ministros siguen divididos sobre la estrategia necesaria para responder al clamor público que pide un recorte del gasto.

La información señala a los laboristas sin cartera que habrían comenzado a reunirse para alcanzar un acuerdo y expulsar a Brown del poder antes de las próximas elecciones. No obstante, el primer ministro insiste en que un gobierno laborista debe proteger los servicios públicos y la inversión en futuro, en contraste con la apuesta de los Tories y su preferencia por adelgazar el tamaño del Estado.

El aviso de los contribuyentes en esta encuesta parece haber movido a Brown a plantearse el plan de incremento de la presión fiscal que había anunciado. En cualquier caso, algunos de los asesores de Brown apuestan por recortar el gasto en algunos programas y desechar otros por completo.

Una postura que algunos, como George Osborne (conocido como "el canciller en la sombra"), interpretan como un simple gesto de los Laboristas que intentan decir a su electorado lo que quiere oír. Además, le permite acabar con las divisiones dentro de su propio gabinete mientras "el gasto público y la confianza internacional de la economía británica siguen socavadas."

Así, la encuesta publicada por The Sunday Times demuestra que, a pesar del creciente optimismo sobre la economía, los Laboristas no han logrado capitalizar los signos de recuperación y los contribuyentes mantienen su pesimismo sobre la situación económica y las posibilidades de recuperación.

Mientras, los conservadores interpretan que el Gobiernod e Brown sigue empeñado en el principio de que "todos deben compartir el dolor" cuando toca aplicar medidas de austeridad, mediante el incremento de la presión fiscal.

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