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ABRÓCHENSE LOS CINTURONES

Prensa 'salmón' con discurso 'progre': la "dictadura" del mercado ataca a España

Los diarios económicos dedican hoy amplios reportajes a la negra jornada de ayer. Los inversores desconfían de la solvencia de nuestras cuentas públicas y del sector financiero, pero los medios achacan el golpe a la "dictadura" del mercado y los "ataques" de los especuladores.

Los diarios económicos dedican hoy amplios reportajes a la negra jornada de ayer. Los inversores desconfían de la solvencia de nuestras cuentas públicas y del sector financiero, pero los medios achacan el golpe a la "dictadura" del mercado y los "ataques" de los especuladores.

El liberalismo brilla por su ausencia hasta en los medios que, supuestamente, defienden que el mercado es la mejor forma de asignar los recursos. La crisis de Irlanda avergüenza a los que consideran que la intervención de los gobiernos se debe limitar a la protección del Imperio de la Ley, dejando a los agentes económicos que operen con libertad y determinen cual es el mejor nivel de precios para los bienes y servicios.

En lugar de rebatir a los socialistas y progres de salón, como hace el profesor Rallo en LD, los periódicos salmón acusan a los mercados de "atacar" a España tras el rescate del tigre celta, sin analizar el problema de fondo: las cuentas públicas de Salgado para 2011 no son creíbles y los bancos y cajas tienen una morosidad superior a los 100.000 millones de euros, el 10% del PIB.

Aunque el diario de Prisa (Cinco Días) es el medio que más apuesta por este enfoque socialista, Expansión también titula bajo este prisma, al señalar que "los inversores se ceban con el Ibex". En su Editorial considera que "el problema de fondo es el euro" por la falta de coordinación en las políticas de los diferentes países, aunque deja claro que "España debe hacer otro gesto a los mercados: hay que transmitir una posición más contundente con el ajuste del gasto y las reformas económicas".

Por su parte, El Economista se sale de este carril y prefiere destacar que los problemas de la deuda pública española pasan factura a los grandes bancos. Cuando aumenta la prima de riesgo de los bonos se genera un aumento de la dificultad que tienen las empresas para obtener financiación exterior. Por eso el diario asegura que "la prima de riesgo de Santander y BBVA, se sitúa en máximos por ser españoles".

Pero vayamos ya con Cinco Días, porque es el mejor ejemplo del discurso que va a servir a numerosos analistas para lanzar balones fuera y no asumir que la situación crítica que está viviendo la economía española es consecuencia de la falta de responsabilidad de los poderes públicos, incluyendo a partidos políticos y bancos centrales y, por extensión, al oligopolio que se beneficia de ello: el sistema financiero.

El salmón de Prisa titula a toda página que "los mercados meten más presión a España y al euro". En el Editorial señala que "España no es Irlanda, pero no basta con decirlo" y denuncia que "el apetito de los mercados es insaciable" porque "la especulación funciona como el organismo que pretende apagar la sed con agua de mar, que genera un alivio de inmediato, pero desata una sed más cegadora a continuación que solo se sacia con más agua, con más especulación. Si la sangre de Grecia, de Irlanda, de Portugal, no es suficiente, buscarán la de España, de Italia". No voy a insistir en explicar el papel de la especulación, porque ya se ha hecho en esta páginas.

Siguiendo con este enfoque, el periódico critica la "dictadura que los mercados están imponiendo a las democracias" y anuncia que "la presión para arrancar nuevas decisiones, reformas, sacrificios, puede crecer los próximos meses".

Para evitarlo, "el BCE no debe descartar la monetización de la deuda con compras masivas", es decir, que el banco central debe comprar bonos para cerrar los agujeros de las cuentas públicas de los países en apuros, lo cual es una aberración económica y, además, va contra los estatutos del organismo monetario. Sólo al final, el Editorial plantea que "el Ejecutivo español debe poner la directa a unas reformas más reales que nominales, y estar preparado para ajustes adicionales en sus cuentas".

Detrás de estos fuegos de artificio lo que se pretende ocultar a los sufridos ciudadanos es que la crisis de deuda va a suponer un empobrecimiento de la sociedad a través de la reducción de la renta disponible.

El aumento de las emisiones de bonos, letras y obligaciones se traduce siempre en más impuestos, menos créditos para el sector privado y castiga la confianza de los mercados en la capacidad de un país para salir del pozo. Expansión lo deja claro cuando afirma que "España paga un extra de 7.100 millones en intereses por la crisis de deuda".

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