(Libertad Digital) El Banco Central Europeo ha dejado los tipos de interés en un nivel no alcanzado por ninguno de los doce países que hoy conforman la Eurozona, desde 1948. El presidente del BCE, Wim Duisenberg , ha justificado la bajada de los tipos de interés en medio punto por las previsiones de inflación en 2003 que se sitúan por debajo del 2 por ciento. Además, la cifra será mucho menor en 2004. Duisenberg dijo que las perspectivas sobre la evolución de los precios es más favorable después de que los datos preliminares de mayo arrojaran un 1,9 por ciento para mayo y señaló que la apreciación del euro ha contribuido a la reducción de la inflación. El euro subió con fuerza en el mercado de divisas de Francfort pese al recorte de los tipos en la eurozona, una medida que reduce el diferencial entre los intereses de este área y EEUU y beneficia teóricamente al dólar.
El banquero holandés pronosticó que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de los doce países del euro será "muy débil en la primera mitad de 2003" y recordó que la entidad emisora divulgará las proyecciones de crecimiento e inflación para este año y el próximo, que también han sido revisadas a la baja, aunque no quiso precisar la cuantía del descenso. Sobre el debate surgido respecto a la deflación en Europa, Duisenberg dijo por el momento "no hay pronósticos que indiquen el riesgo de deflación", pero advirtió de que el BCE sabrá actuar si se produce este fenómeno en la eurozona. Por ello, intentó quitar hierro a esta cuestión al recordar que la inflación se ha mantenido cerca del 2 por ciento "por un tiempo considerable" en Europa.
A su juicio, dentro de la Unión Monetaria, la deflación no es un concepto significante cuando se aplica a zonas individuales, un mensaje en clave sobre Alemania, la primera economía europea, en recesión y con una inflación de tan sólo el 0,7 por ciento en mayo.
El resultado de las presiones de Alemania
Sin duda alguna, Alemania es el país más beneficiado por esta decisión del BCE, ya que su nivel de consumo está bajo mínimos y acercándose peligrosamente a la temida deflación. Sin embargo, otros países que comparten el euro, como Irlanda, Portugal, Grecia y España, tienen índices de inflación que superan del 3 por ciento y requerirían una política monetaria más restrictiva.
Otra de las causas por las que Alemania necesitaba una reducción de los tipos de interés es la apreciación del euro respecto al dólar, que afecta seriamente a la competitividad de sus exportaciones, base de su economía. Si el BCE hubiera mantenido los tipos intactos, el dólar podría continuar su descenso contra el euro, lo que aceleraría el proceso deflacionista en Alemania y otros países con un crecimiento económico reducido, como Francia. La apreciación del euro respecto al dólar en un 27 por ciento en los últimos doce meses ha deteriorado la competitividad de las exportaciones europeas, sobre todo de países con vocación claramente exportadora como Alemania, a zonas que facturan en dólares.
El banquero holandés pronosticó que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de los doce países del euro será "muy débil en la primera mitad de 2003" y recordó que la entidad emisora divulgará las proyecciones de crecimiento e inflación para este año y el próximo, que también han sido revisadas a la baja, aunque no quiso precisar la cuantía del descenso. Sobre el debate surgido respecto a la deflación en Europa, Duisenberg dijo por el momento "no hay pronósticos que indiquen el riesgo de deflación", pero advirtió de que el BCE sabrá actuar si se produce este fenómeno en la eurozona. Por ello, intentó quitar hierro a esta cuestión al recordar que la inflación se ha mantenido cerca del 2 por ciento "por un tiempo considerable" en Europa.
A su juicio, dentro de la Unión Monetaria, la deflación no es un concepto significante cuando se aplica a zonas individuales, un mensaje en clave sobre Alemania, la primera economía europea, en recesión y con una inflación de tan sólo el 0,7 por ciento en mayo.
El resultado de las presiones de Alemania
Sin duda alguna, Alemania es el país más beneficiado por esta decisión del BCE, ya que su nivel de consumo está bajo mínimos y acercándose peligrosamente a la temida deflación. Sin embargo, otros países que comparten el euro, como Irlanda, Portugal, Grecia y España, tienen índices de inflación que superan del 3 por ciento y requerirían una política monetaria más restrictiva.
Otra de las causas por las que Alemania necesitaba una reducción de los tipos de interés es la apreciación del euro respecto al dólar, que afecta seriamente a la competitividad de sus exportaciones, base de su economía. Si el BCE hubiera mantenido los tipos intactos, el dólar podría continuar su descenso contra el euro, lo que aceleraría el proceso deflacionista en Alemania y otros países con un crecimiento económico reducido, como Francia. La apreciación del euro respecto al dólar en un 27 por ciento en los últimos doce meses ha deteriorado la competitividad de las exportaciones europeas, sobre todo de países con vocación claramente exportadora como Alemania, a zonas que facturan en dólares.