El influjo de la crisis en nuestro modo de vida se extiende hasta las parcelas más intimas. Las relaciones sexuales también se ven afectadas por la economía, según numerosos estudios, aunque no acaban de ponerse de acuerdo si de forma negativa o positiva.
Denise Knowles, terapeuta sexual de la organización Relate, en el Reino Unido, dice que “la incertidumbre económica puede crear ansiedad en la gente”, sobre todo si a esto se le suma la posibilidad de perder el empleo y tener que buscar otro, o por ejemplo, trabajar más horas para compensar la pérdida del trabajo de la pareja. “Al final, es más probable que tengan menos ganas de mantener relaciones sexuales al terminar un largo día”, añade la sexóloga.
Y no sólo eso. El profesor de Sociología de la South Bank University de Londres, Jeffrey Weeks, asegura que la gente se vuelve “más conservadora” en sus comportamientos sexuales en periodos de crisis. Weeks manifiesta que ante la inestabilidad financiera las personas buscan “una certidumbre” y las posturas “más fundamentalistas” en materia sexual cobran fuerza.
Por el contrario, “las épocas de bonanza económica -relata este sociólogo- conllevan una relajación en las costumbres que permiten un mayor aperturismo y permisividad hacia comportamientos sexuales distintos de los tradicionales”.
Sin embargo, existe otra corriente propensa a creer que, cuando las preocupaciones aprietan, mucha gente busca refugio en el placer que provoca el contacto físico. Según la profesora Helen Fisher, de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, el estrés provocado por las preocupaciones puede disparar los niveles de dopamina en el cerebro, una sustancia química asociada al deseo sexual.
Sexo ante la adversidad
Las teorías de Fisher están basadas en un estudio en el que un grupo de hombres demostró sentir una mayor atracción por una mujer guapa cuando se encontraba cruzando un puente peligroso. Esta libidinosa reacción ante la adversidad viene a explicar por qué en periodos de guerra han aumentado los índices de natalidad o por qué algunos antepasados afrontaban la inminencia de la irrefrenable epidemia (véase en el Decamerón, de Boccaccio) con orgías.
Una teoría a medio camino entre las dos anteriores es la del sexólogo argentino Juan Carlos Kusnetzoff que, si bien considera que la crisis económica impacta el sistema psíquico produciendo estrés, y en consecuencia una merma del deseo sexual, esto no ocurre de manera inmediata sino a más largo plazo. Por el contrario, “muchas parejas utilizan la relación sexual como un ansiolítico natural, es decir, tienen relaciones sexuales inclusive más intensas que antes, porque la angustia hace que intentemos juntarnos con el sexo opuesto para abrazarnos, besarnos y acariciarnos”, señala Kusnetzoff.
Otro aspecto que rescata este experto es que las mujeres y los hombres no se ven afectados de la misma manera. “Las mujeres son más sensibles, la mujer es hormono-sensible mientras que el hombre es hormono-resistente”, explica el sexólogo. Un susto, un acontecimiento inesperado en una mujer puede atrasar o adelantar la menstruación. Nada que ver con el hombre.
Haz el amor, no la crisis
A continuación, una serie de razones por las que el sexo puede ayudar a aliviar los problemas económicos:
1) El acto sexual puede quemar de 200 a 300 calorías.
2) Libera endorfinas que te ponen de buen humor y reduce el estrés.
3) Se producen una serie de cambios químicos en nuestro cerebro que nos hacen sentirnos más contentos.
4) Nos sentimos más revitalizados.
5) Mejora la circulación de la sangre.
6) El cabello y piel se siente mejor y brillante.
7) Ayuda eliminar toxinas del organismo.
8) Ayuda a tonificar y fortalecer los músculos del cuerpo.
9) Sirve de tranquilizante y analgésico natural contra el estrés.
10) Ayuda a generar transpiración que limpia los poros.
11) Cura leves depresiones.
12) Favorece la salud general.
13) Es gratis.