LD (EFE) En el artículo se indica que la solución al fuerte incremento del desempleo, que se ha situado en España en el 17,4% de la población activa -el porcentaje más alto de la Unión Europea y dos veces la media de la Unión- no llegará pronto. Manifiesta la necesidad de una reforma laboral que elimine las rigideces del mercado en lo referente al empleo fijo que, a su juicio, está perjudicando al resto de trabajadores.
The Economist recuerda que el objetivo del Plan E, que incluye un desembolso de 8.000 millones de euros para gasto inmediato por parte de los ayuntamientos, era "mantener a los españoles trabajando", pero considera que "las últimas cifras de desempleo demuestran que no es suficiente".
España, afirma, “tendrá que trabajar durante más tiempo que otros países para recuperarse, teniendo en cuenta que las previsiones apuntan a que sólo volverá a la senda del crecimiento económico en 2011” un año después que el conjunto de la UE.
Para la publicación, lo más alarmante es que el Plan E "ha funcionado parcialmente", ya que el Gobierno dice que ha creado unos 280.000 puestos de trabajo, de los cuales "pocos son permanentes".
La revista cita a Pablo Vázquez, de la Fundación para Estudios de Economía Aplicada, que afirma que "el efecto es temporal", y pronostica que "en agosto y septiembre el desempleo podría volver a subir".
The Economist reconoce que España tiene suerte de contar con una estructura social fuerte (apoyada por la economía sumergida) que ayuda a aliviar las tensiones sociales.
El diagnóstico general es que "la economía se encuentra maniatada" por efecto de la crisis internacional y "por la crisis particular que se vive en España, como modelo basado en mano de obra barata y un mercado inmobiliario que ha pegado un resbalón".
El artículo destaca la opinión de los economistas que dicen que España debe sacrificarse ahora y tomar las decisiones difíciles que evitó durante los largos años de bonanza, entre las que destaca la reforma del mercado laboral -"la más difícil de afrontar"-.
The Economist explica que las leyes laborales de España "son bastante flexibles en algunos aspectos", pero rígidas en otros. Destaca que casi un tercio de la población activa tiene contratos temporales.
Estos trabajadores "son fáciles de despedir a través de la no renovación de los contratos", lo que explica, a juicio de la revista, por qué las cifras de España suman más de la mitad del paro en la "zona euro" en el último año.
Como el resto de la población activa se encuentra bajo sólidos contratos indefinidos que hacen que el despido sea difícil y costoso, las empresas eligen a los trabajadores que van a despedir en función de lo fácil que les resulte hacerlo, dice.
Según The Economist, "casi todo el mundo está a favor de la reforma" del mercado laboral, pero no el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que "no comparte su sentido de urgencia".
Zapatero rehuye esta y otras reformas, como la de las pensiones, porque "tiene dificultades para encontrar aliados" en el Parlamento, argumenta la revista económica