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Trichet encarga un estudio jurídico sobre la expulsión de países del euro

El Plan C sobre una posible expulsión de países de la zona euro toma forma en un documento jurídico elaborado por el Banco Central Europeo (BCE). El organismo considera ya que el "riesgo de secesión" es un "escenario posible". Los problemas fiscales de Grecia han levantado la liebre.

El famoso Plan C que desde hace meses se viene discutiendo en el seno de Bruselas sobre el posible abandono o expulsión de países miembros de la zona euro se ha materializado en un documento oficial elaborado por el BCE. El estudio analiza desde un punto de vista jurídico la posible "secesión" de la UE y la Unión Monetaria, un asunto inconcebible hace apenas un año.

Sin embargo, los graves problemas fiscales por los que atraviesa Grecia, junto a España e Irlanda han obligado al organismo monetario que preside Jean Claude Trichet a pronunciarse de forma oficial sobre esta posibilidad. Así, el documento en cuestión, emitido en diciembre, examina los vericuetos jurídicos de la "secesión" voluntaria y "expulsión" obligada de países de la zona euro.

El estallido de la crisis financiera y las crecientes dificultades presupuestarias por las que atraviesan algunos gobiernos europeos, con el consiguiente incumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE (déficit público máximo del 3% y deuda pública del 60% del PIB), hacen que, aunque sea una posibilidad "remota", no se pueda descartar como "concebible" la expulsión o abandono de algún país de la zona euro y la UE.

En concreto, el documento del BCE señala que "los acontecimientos recientes han, quizá, aumentado el riesgo de secesión (modestamente), así como la urgencia de abordar esta cuestión como un escenario posible". El estudio concluye que el abandono de la zona euro supondría también la expulsión de la UE, ya que todos los miembros de la Unión deben ir integrándose, de forma progresiva, a la Unión Monetaria, a excepción de Gran Bretaña y Dinamarca, cuya adhesión a la UE establece explícitamente una cláusula para no adoptar el euro en sustitución de su moneda nacional.

En la actualidad, abandonar la Unión Monetaria (UEM) "sin una retirada paralela de la UE sería legalmente imposible". Pese a ello, "si bien esto puede suceder en la práctica, la expulsión de la UE o de la UEM sería tan difícil, desde el punto de vista conceptual y jurídico, que su probabilidad es cercana a cero". La clave, sin embargo, es que el BCE ya no descarta algo que hasta hace poco era, simplemente, inconcebible.

Por ello, el BCE aboga por dotar de mayor transparencia y seguridad jurídica a los preceptos relativos a la expulsión o abandono voluntario de la zona euro en los tratados comunitarios, y propone una revisión de este tipo de normas. Es preferible que se "aclare" jurídicamente el "silencio" que hasta ahora ha imperado en este tipo de cuestiones.

Trichet ha endurecido su discurso en los últimos días a raíz del descuadre presupuestario que presentan países como Grecia, España o Irlanda. El pasado viernes advirtió que ningún miembro del bloque del euro debe esperar ningún tratamiento especial y afirmó que son los gobiernos los que deben cumplir sus deberes y tomar las decisiones necesarias, en referencia a la ineludible reducción del agujero fiscal.

"Tenemos nuestras reglas, ningún gobierno debe esperar un tratamiento especial en ningún caso. Ayudar no es el problema, de hecho pertenecer a la zona euro ya supone una ayuda, el problema es hacer el trabajo y tomar las decisiones que hay que tomar", indicó.

De hecho, los ministros de Economía de los Veintisiete tratarán este martes la aplicación de posibles sanciones a Grecia por falsear sus estadísticas presupuestarias y examinarán si es creíble el nuevo plan (enviado a Bruselas por el Gobierno de Atenas) para recortar el déficit público desde el 12,7% del PIB en 2009 hasta el 2,8% en 2012.

El FMI desembarca en Atenas

La pasada semana un grupo de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) desembarcó en Atenas para asesorar al Gobierno griego sobre el endeudamiento del país. La visita, que se realiza a petición griega, coincide con la celebración de los 100 primeros días de Gobierno del primer ministro, Giorgos Papandreu, marcados por la más dura crisis económica en Grecia en los últimos 50 años.

Los delegados del FMI se reunieron con varios ministros, con la cúpula del banco emisor griego y con diversos sectores económicos para asesorar sobre las medidas que permitan solventar la grave situación de déficit público y de endeudamiento del país.

La misión del FMI es ayudar al Gobierno griego con "la reforma de las pensiones, la política fiscal, la administración tributaria y la gestión presupuestaria" aunque, de momento, se descarta otorgar crédito alguno a Grecia, un punto que ha sido corroborado por las autoridades griegas, informa Efe.

El miembro alemán del comité ejecutivo del BCE, Jürgen Stark, aseguró recientemente que la UE no ayudará a Grecia a salir de sus problemas fiscales. El FMI, por el contrario, anunció estar "preparado" para acudir al rescate del país si es necesario.

Estas reuniones siguen a los celebradas hace un par de semanas por funcionarios de la Comisión Europea (CE) y del Banco Central Europeo (BCE) para contribuir a la elaboración del Plan de Estabilidad y Desarrollo que Grecia presentará en Bruselas a finales de mes. "La Comisión está evaluando la cuestión (griega) con gran preocupación", según declaró el comisario europeo Olli Rehn. "El Gobierno griego es consciente de la gravedad de la situación".

La deuda del país alcanza el 113% del PIB, equivalente a 300.000 millones de euros. En diciembre, varias agencias internacionales reaccionaron ante esas cifras con una reducción de la calificación crediticia del país.

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