"Esta gente tiene más de qué quejarse que yo, y sabía que corría este riesgo viniendo aquí", admitió el directivo, que no pareció sorprendido cuando los empleados le impidieron este martes abandonar las instalaciones.
Su intención era iniciar con su equipo esa tarde las modalidades del plan social que se aplicará a la empresa, pero se encontró encerrado con unos veinte trabajadores en su despacho.
Los trabajadores se niegan a dejarlo marchas hasta que Rousselet acceda a unos términos más favorables para los 110 empleados que se enfrentan al despido. Los sindicatos en la fábrica de 3M piden más dinero para la plantilla saliente, garantías para los que se quedan y el pago del salario para aquellos que han hecho huelga sobre el plan de despidos.
"Hasta que tengamos un compromiso de 3M de que aumentarán el dinego y de que están listos para discutir nuestras condiciones para las negociaciones, el seños Rousselet tendrá que quedarse aquí", dijo el representante de los sindicatos, Jean-Francois Caparros.
Los empleados hacen turnos de cuatro horas para impedir al director abandonar su despacho.
"Todo el mundo está muy motivado. Esta actuación es nuestra única moneda de cambio, pero no hay agresividad", declaró Jean-François Caparros, delegado sindical de Fuerza Obrera. El grupo norteamericano 3M, especializado en la química y la producción de fármacos, cuenta con 235 empleados en esta localidad y con 2.650 en toda Francia.
El pasado diciembre, la dirección anunció la supresión de 110 puestos de trabajo y el traslado de 40 personas a una sociedad que se instalará en Pithiviers a lo largo de 2009, una decisión que justifica por una reducción constante de la demanda que conlleva un exceso de producción. Pero las condiciones del despido no convencen a los afectados que reclaman un aumento de las indemnizaciones y garantías para los trabajadores que se quedan.
Encerrar a los jefes se está convirtiendo en una tradición francesa en las disputas laborales . A principios de este mes, los empleados de una fábrica de Sony retuvieron al presidente y al director de recursos humanos de la rama francesa de la compañía y consiguieron unos mejores condiciones para los trabajadores que se enfrentaban al despido