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Zapatero tratará de atajar rumores y defender su tijeretazo en el G-20

Zapatero tratará de defender en la cumbre del G-20 lo que no ha podido defender en España. En medio del desacuerdo con el que ha comenzado el encuentro, pedirá transparencia, defenderá el sistema español y expondrá sus planes de austeridad, los mismos que le han costado la absoluta soledad en el Congreso.

La cumbre de Toronto (Canadá) comienza con una cena de trabajo de los líderes de las potencias económicas y de los principales países emergentes y España vuelve a participar en ella como invitada, tras las citas de Washington, Londres y Pittsburg (EEUU).

Como ya hizo en el último Consejo Europeo tras comprobar cómo rumores y especulaciones sobre la salud de la economía española alteraban los mercados, Zapatero defenderá la publicidad de las pruebas de resistencia que examinan la solvencia de las entidades financieras y en las que los grandes bancos españoles, como el Santander y el BBVA, han obtenidos las más elevadas calificaciones.

La información y la transparencia, sostiene el Ejecutivo, deben contribuir a combatir los rumores infundados sobre la salud de la economía.

Zapatero tratará de demostrar la salud financiera del país y pondrá en valor el modelo de supervisión del Banco de España y el sistema de los fondos de garantía de depósitos con el que bancos, cajas y cooperativas deben afrontar eventuales crisis.

Según estiman en el Gobierno español, éste podría ser uno de los modelos para la tasa bancaria que quiere establecer la UE y que los socios comunitarios defenderán ante el G20, aunque ya cuentan con la oposición de países como Canadá.

Los europeos también se enfrentarán a EEUU con sus planes de consolidación fiscal, ya que el presidente Barack Obama ha avisado de que la prioridad debería ser impulsar el crecimiento, ante el riesgo de que una rápida retirada de las medidas de estímulo prolongue la crisis.

Zapatero tendrá ocasión de exponer sus planes de consolidación fiscal, los recortes aplicados y el impacto previsto en el crecimiento.

Por el momento, el Gobierno español no ha conseguido recabar el apoyo de la oposición a la reforma laboral y a su duro plan de ajuste, que incluye la congelación de las pensiones no contributivas y el recorte del salario de los funcionarios, pero sí ha logrado el aval de sus socios europeos y el respaldo Obama.

Los líderes de la UE y las instituciones comunitarias mostraron públicamente su apoyo al programa de Zapatero hace diez días, en el último Consejo Europeo, y Obama le telefoneó con el mismo objetivo.

Los recortes aplicados en España, le dijo Obama, son "difíciles, pero necesarios" y permiten compatibilizar la reducción del déficit público con políticas de apoyo al crecimiento económico.

El Gobierno de Zapatero ha reconocido que el ajuste hará más lenta su recuperación y, aunque mantuvo la previsión de caída económica del 0,3% para este año, rebajó las estimaciones de crecimiento de los tres siguientes: el 1,3% para 2011, el 2,5% para 2012 y el 2,7% para 2013.

Es en ese último año cuando España se ha comprometido a situar su déficit público en el 3 por ciento, como establece el Plan de Estabilidad y Crecimiento europeo.

Al margen de los debates previstos, el Ejecutivo español ya ha señalado que no espera ningún acuerdo concreto en esta cumbre, ya que se sigue cumpliendo el calendario establecido en citas anteriores para la reforma del sistema financiero internacional.

Zapatero participará el domingo en las sesiones plenarias y después regresará a España, que en sólo tres días cederá a Bélgica la presidencia rotatoria de la UE.

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