Nada está dicho por el momento para las elecciones de Brasil del próximo 5 de octubre. Lo que parece seguro es que tanto la actual presidenta Dilma Rousseff como la opositora Marina Silva –designada candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB) tras la muerte de Eduardo Campos– estarán frente a frente en una segunda vuelta a disputarse el 26 de octubre. La ambientalista, que obtuvo un nada despreciable 19% en las elecciones presidenciales de 2010, se ha convertido desde hace unas semanas en una auténtica amenaza para Rousseff, quien hace apenas unos meses parecía tener segura la reelección.
Prueba de eso es la última encuesta sobre la intención de voto publicada en Brasil. El Instituto Datafolha da en primera vuelta a Rousseff un 36%, seguido de Silva, con el 33%, y del socialdemócrata Aecio Neves, con un 15%. En una casi segura segunda vuelta, Silva figura al frente con un 47%, frente a un 43% para Rousseff. La semana pasada, en el anterior sondeo de Datafolha, Silva tenía un 48% de apoyo y Rousseff un 41%.
No es el único sondeo aparecido en los últimos días. Vox Populi también publicó sus resultados y apunta a un 42% para Silva en una segunda vuelta, apenas un punto por encima de Rousseff. Muchos creen que la presidenta comienza a sentir ya algunos de los escándalos que sufrió en estos años y que provocó la dimisión de varios de sus ministros. Por eso, es muy probable que busque el respaldo de Lula da Silva para buscar mayores apoyos en todo Brasil.