El Partido Popular ha estallado; cree que el PSOE está utilizando las instituciones al más alto nivel con el único objetivo de propulsar la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba. Un auténtico "juego sucio" que debe ponerse en conocimiento de la opinión pública, según fuentes de la dirección nacional.
El primer órdago lo lanzó, ni más ni menos, que Mariano Rajoy ante la Junta Directiva Nacional, el principal órgano interno entre congresos: el Gobierno ya sólo sirve a los intereses del elegido, advirtió, criticando que en consecuencia se apartan las muchas necesidades del país.
Una dejación de funciones que, según denuncia el PP, ahora se quiere trasladar a las Cortes nacionales, una vez el presidente de la Cámara Baja, José Bono, propuso limitar los días de pleno a martes y miércoles, dejando el jueves de descanso. "Lo hace para que Rubalcaba pueda hacer campaña" para las primarias, dijo sin medias tintas el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons.
La queja pública, insisten en Génova, no es baladí: "Con la que está cayendo, ellos están más preocupados de lo suyo", expone un alto cargo, que se acoge a las palabras de Rajoy y su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, en la última sesión de control para llamar a una convocatoria extraordinaria de elecciones. "Ellos a lo suyo y nosotros a los problemas de los españoles", remata.
Al hílo de esta conjetura, González Pons insistió en su tesis para apuntar que los planes de Bono llegan "sólo cuando Rubalcaba es candidato y tiene que presentarse como Alfredo por las plazas", y no entiende porque los parlamentarios "tienen que cargar" con la imagen de vagos para que el vicepresidente "pueda expandirse". "Tanto Rubalcaba empalaga", subrayó, en declaraciones a RNE.
Dicho lo cual, el portavoz de Génova sí que dijo que espera de la Presidencia del Congreso una rectificación ante el aluvión de críticas: "Perjudica la imagen de los representantes del pueblo", constató para argumentar esta opinión.
Rubalcaba, en el objetivo del PP
Desde la designación de Rubalcaba como candidato, el PP ha fijado en él su principal objetivo. El primer descalificativo que usan en Génova para definirle es que es "heredero y coparticipe" de las políticas de Rodríguez Zapatero, y así de base "ya queda todo dicho".
"La vanidad lo está devorando", anotó González Pons, que destacó dejación de funciones en la denominada crisis del pepino, en calidad de vicepresidente, o en la respuesta al movimiento 15-M, en la de ministro del Interior, que ayer puso en jaque a las fuerzas del orden al concentrarse frente a la Carrera de San Jerónimo.
La conclusión, en voz del vicesecretario del PP, es que "nos perjudica a todos que Rubalcaba use los recursos del Gobierno sólo para su campaña personal". Para Rajoy, "la agenda" del gabinete gubernamental "se ha entregado a los intereses tácticos de un candidato olvidando que la situación de los españoles hace necesario un cambio de rumbo urgente".