Menú
José Antonio Martínez-Abarca

Lo de Piqué

Igual que los nacionalistas del Gobierno catalán: en realidad no quieren ser independientes en el exterior porque siendo independientes en el interior les va demasiado bien.

Si hacemos caso al diario Marca, ese papel que todas las mañanas le cae puntualmente a Mariano Rajoy por la ventana del baño y cuya lectura le absorbe ya hasta la noche, el futbolista del Barcelona Piqué dijo a sus homólogos madridistas, tras el partido del sábado: "españolitos, os hemos ganado vuestra liga, que os den" y "ahora vamos a ganar la copa de vuestro Rey". Vuestra liga, vuestra copa, vuestro Rey. Piqué es amigo de lo ajeno. Es decir, que el futbolista del Barcelona ha hallado la forma de superar las contradicciones internas del sistema en que se veía inmerso el club de la Ciudad Condal desde aproximadamente su fundación, y que han venido consistiendo en no poder explicar por qué estaba jugando la liga española si se harta de decir que no es español, y por qué también, andando los años, salió obedientemente cada año a ganar la copa del Generalísimo, después del Rey, si supuestamente no eran ni su Generalísimo ni su Rey. Porque para que las gane un equipo español lo mejor es que se las lleve el Barça.

Por fin Piqué, ejemplo perfecto del "hombre nuevo" catalanista, que sólo resulta tolerable al abrir la boquita cuando escupe cáscaras de pipas o gargajos sobre alguien, ha hallado la fórmula de ser sin estar en España, que a ningún nacionalista catalán se le había ocurrido: porque, sugiere el barbado "sex symbol", el Barça no juega, como el resto de disciplinados equipos, en liga ni copa del Rey españolas, sino contra ellas. No las acepta sino que las subvierte desde dentro. Jugadores como Piqué están ahí no para que esos torneos los gane el mejor equipo de España sino precisamente para evitar que los gane el mejor equipo de España. Tras lo de Piqué, el nacionalismo catalán ya no tiene por qué acudir a la monserga sobre el mesetario opresor que le obliga a jugar donde no quieren. Al contrario: ahora juega, desafiante, donde supone que los demás no desean que lo haga. Con este argumento se salva el honor nacionalista, que no acertaba a contarnos por qué no estaba jugando contra el Mollerussa o el Andorra y sí contra el Getafe o el Almería. El Barcelona juega en competiciones en las que nada le va, para fastidiar.

Habrá que descubrir si también algunos jugadores del Barcelona ganaron el Mundial para España con tal de que no se lo llevase España. Seguro que el central azulgrana también puede aportar alguna luz sobre eso, porque desde que sale con Shakira (quien se parece al Barcelona con la liga española: no está compitiendo "en" la canción, sino "contra" ella) puede lograr hacer fácil lo aparentemente imposible, por ejemplo que sepamos a qué idioma le retuerce su novia cantarina el pescuezo, porque desde luego al castellano no es. Igual que los nacionalistas del Gobierno catalán en realidad no quieren ser independientes en el exterior porque siendo independientes en el interior les va demasiado bien y se pasa mucho menos frío,  los secesionistas del Barça quieren ganar los torneos españoles de los que se sienten ajenos precisamente porque son ajenos. Si los sintiesen como propios no darían tanta satisfacción a su desprecio ni a su odio. Si fuese española, Piqué querría llevarse a casa hasta la "Carling Cup".     

En Deportes

    0
    comentarios