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Agapito Maestre

El mal menor

Habrá que tirar con lo que hay, es decir, tendremos que seguir soportando la peor clase política que ha tenido España en los últimos cuarenta años

A veces es fácil hacer previsiones históricas. Vivimos uno de esos momentos en que resulta sencillo hacer predicciones. Maltratados por la crisis política y el odio sectario entre los partidos políticos, los ciudadanos están hastiados, pero han visto un rayo de luz en el comportamiento de Javier Fernández Fernández. Gracias a este hombre la historia de España se ha hecho previsible. Después de un año sin Gobierno, todo lo que venga será bueno. Algo es algo. Es el mal menor de quienes consideramos que la historia es pasado, presente y futuro. Todos nos agarramos a un clavo ardiendo y esperamos lo mejor. Más aún, todos repetimos la famosa frase: "decir es predecir". Hoy, después de escuchar a este hombre sensato, normal, Presidente de la Comisión Gestora del PSOE, es fácil decir algo sobre el futuro de España. Tampoco yo me privo de callar y digo que habrá Gobierno del PP. Este Gobierno será más o menos como el de ahora. Y también preveo que el PSOE aguantará y romperá con los siete diputados que tiene en Cataluña el PSC.

No son pocas las novedades que traen esas previsiones. Todas se resumen en una sencilla frase: los dos partidos tradicionales, los dos partidos conservadores, los dos partidos que se han repartido el poder en España, el PP y el PSOE, quizá consigan readaptarse a la nueva circunstancia, a saber, ya no es posible gobernar con mayorías amplias. Dudo mucho de que esa adaptación se haga por la vía de la sensatez, o sea, por la selección de los mejores para arreglar los graves problemas de España. Nadie se haga ilusiones. Habrá que tirar con lo que hay, es decir, tendremos que acostumbrarnos a seguir soportando la peor clase política que ha tenido España en los últimos cuarenta años. Por cierto, nadie se escandalice de nuestros políticos, porque la clase intelectual, entre los que incluyo a los periodistas, no está mucho mejor. La mediocridad y falta de imaginación los equipara a todos.

Rajoy, pues, no hará grandes cambios en su nuevo Gobierno. Ojalá me equivoque, pero no creo que integre a independientes y personas de prestigio. Todos serán medianías y oscuros funcionarios. Algunos ministros cambiarán de cartera y los nuevos serán equiparables a los actuales. Todo será para ir tirando, es decir, hará como si estuviera adaptándose a la nueva realidad. Los cambios serán, como dicen las crónicas de sociedad, meramente cosméticos. Además, y esto es lo trágico, nadie tendrá fuerza moral para reprocharle nada a Rajoy, porque, si miramos a su alrededor, es decir, a los mesogobiernos del PSOE, de los separatistas y de Podemos, tendremos que reconocer que la gente del PP son sensatos. Los daños que la gente del PP infligen a los ciudadanos son más llevaderos que los de los otros partidos. Creo que la mayoría de políticos del PP destrozan, dicho sea sin mucho convencimiento, menos que los otros…

Y del PSOE solo espero que atienda las buenas palabras de Fernández, entre las que destaco su expresión "despolemizar". Se trata, en efecto, de hablar con sentido de la realidad. Olvidarse de utopías y ucronías para hacer la política menos mala que puedan. Las formas deberán cambiar en los nuevos dirigentes socialistas. Pero, sobre todo, tendrán que renunciar de modo inmediato al juego podemita del "derecho a decidir". O el PSOE rompe todos sus pactos con los separatistas y podemitas o corre el peligro de desaparición. En este nuevo escenario haría bien el PSOE en renunciar a los votos de los siete diputados del PSC y empezar a montar de nuevo el PSOE en Cataluña. O le da puerta al autoinfatuado Iceta o el PSOE desaparece de Cataluña.

En fin, queridos lectores, yo no aspiro a nada más que a tener un gobierno menos malo que el anterior y una oposición que sea capaz de traernos un poco de más y mejor democracia. Creo que me he pasado pidiéndole cosas a los Reyes Magos.

En España

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