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Amando de Miguel

Adios al año 2000

Solo queda un iva. Se nos acaba el año 2000 sin pena ni gloria. Tantos prodigios se habían anticipado sobre ese bisiesto redondo que la realidad resulta decepcionante. El año de marras ha resultado, ni “horribilis”, ni “fortunatus”; simplemente de trámite. Hace una generación se nos anunciaba para el año 2000 toda suerte de maravillas. Habría bases en la Luna y expediciones a Marte. Tendríamos todos videófono. Se atarían los perros con longaniza. Nada de eso. Por lo menos se ha celebrado “la cumbre del milenio” en Nueva York. Ha sido el dinero peor gastado, excepto para la hostelería neoyorquina.

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