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Antonio José Chinchetru

Un problema para Amazon

El precio fijo del libro es el gran problema al que se va a enfrentar Amazon en su aterrizaje español. De hecho, sin duda alguna ha sido uno de los grandes motivos por el que no se ha producido antes.

Amazon se ha decidido, por fin, a aterrizar en España. Como bien señala Carmelo Jordá, entre los efectos de esta llegada figura la constatación de la mayoría de edad del comercio electrónico "que disfruta de una injusta fama de atraso en nuestro país". También acierta nuestro compañero de columna al decir que es una excelente noticia para los amantes del libro electrónico en este país del sur de Europa. Sin embargo, no lo es tan buena para quienes disfrutamos todavía con la tinta impresa en el papel. Para nosotros no resulta una noticia tan gratificante la llegada del gigante minorista online a nuestras tierras. Pero la culpa no es suya.

La compañía de Jeff Bezos va a sufrir en sus propias carnes la absurda legislación española sobre el precio fijo de los libros. Al igual que cientos, o miles, de librerías (tradicionales y por internet) de todos los tamaños dispersas por tierras españolas, Amazon va a tener muy limitada su capacidad para rebajar el precio de los libros que vendan. Dado que en EEUU no está sometida a una legislación tan absurda, allí puede reducir sustancialmente la cantidad por la que se venden algunos títulos.

En algunos casos llega a resultar más barato para un español comprar un libro en Amazon y pagar los gastos de envío que adquirirlo en un comercio madrileño, barcelonés o sevillano. Llega incluso a pasar con volúmenes impresos en España. Esperemos que, ahora que abre su tienda en la Península Ibérica, no cierre para el público local su comercio electrónico estadounidense. Sería lógico para la empresa, pero una gran pérdida para su público.

El precio fijo del libro es el gran problema al que se va a enfrentar Amazon en su aterrizaje español. De hecho, sin duda alguna ha sido uno de los grandes motivos por el que no se ha producido antes. Y el problema no es sólo para el negocio de Bezos, lo es para muchos otros libreros de todos los tamaños, pequeños editores y, sobre todo, consumidores. Esperemos que, al menos, a ningún político se le ocurra imponer una medida similar al libro electrónico.

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