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Encarna Jiménez

Tomate y plata

Si el panorama televisivo no era precisamente el ideal la temporada pasada, parece que estrenaremos septiembre con el mundo del cotilleo reforzado y bajando escalones a toda prisa.

A punto de acabar el mes de Agosto, la vida televisiva veraniega ha tenido dos elementos destacados: TVE, especialmente "La 2", ha tenido unos buenos índices de audiencia gracias a los Juegos Olímpicos, que han resistido por la plata de su medallero y la exigua oferta general, y "Aquí hay tomate", de Telecinco, se ha convertido en el referente de la prensa del cotilleo rondando a diario el 25 % del "share".
 
Lo de TVE es algo pasajero y con cifras nada abrumadoras, pero lo del "tomate" vencedor es la constatación de que se ha creado un formato y un estilo que no decae a pesar de que los presentadores sean sustituidos. Miquel Serra, con su marcado acento catalán y aire "friqui", e Idoia Bilbao han mantenido el ritmo que había impuesto Jorge Javier Vázquez estirando todo lo que han podido los temas del verano: La muerte de Carmina Ordóñez y, actualmente, el noviazgo de Francisco Rivera Ordóñez con Carla Goyanes. Con algún aderezo de personajes de tercera fila y utilizando recursos de "suspense" han ocupado la sobremesa veraniega.
 
Si el panorama televisivo no era precisamente el ideal la temporada pasada, parece que estrenaremos septiembre con el mundo del cotilleo reforzado y bajando escalones a toda prisa. Matamoros y compañía no van a poder descansar, y los periodistas "rosa" van a seguir haciendo su agosto si no fenecen con tanto trajín. Telecinco, la cadena campeona en mantener de la mañana a la noche la oferta del "famoseo" con el "Día a día" de Carolina Ferré, "A tu lado", las noticias jocosas de "Pecado original", "Salsa rosa", "Aquí hay tomate" y el noctámbulo "TNT" presentado por Jordi González, ha fabricado una "parrilla" de programación que le ha permitido con poco gasto tener un nivel de audiencia rentable. El resultado: el asentamiento de un género que mueve mucho dinero y en el que se bordea la ilegalidad y se habla de infidelidades y droga entre mentiras y gritos.
 
Las noticias escandalosas e inanes son devoradas por un público complaciente. La revista "Diez Minutos", reprendida por el Presidente del Gobierno por sacar fotos de sus hijas sin permiso y que lleva a portada una entrevista con Eugenia Martínez de Irujo no autorizada, se ha agotado en los quioscos. Al igual que ocurrió con el famoso "Vogue" de las ministras. Curiosamente, ambos hechos tienen una cosa en común: las publicaciones se llevan el gato al agua. La mitad más uno del Gobierno pensaron que salir en una revista "glamourosa" ampliaba la popularidad de los miembros femeninos con otro tipo de información y puesta en escena, y, en efecto, han conseguido una gran "audiencia" que ha pulverizado cualquier defensa de lo que significa la política de "cuotas".
 
Lo del "Diez minutos" es un signo de que el conglomerado del corazón, que tiene su punta de lanza en Telecinco, no hay quien lo pare mientras siga siendo una de las florecientes fuentes de ingreso de numerosos medios escritos y audiovisuales. La tomatina de Buñol es cosa pequeña al lado de la televisiva.

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