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Federico Jiménez Losantos

Esto le espera al sucesor de Aznar

La burda manipulación en titulares de las declaraciones de Ana Palacio al periódico El País sobre Ceuta y Melilla esconde una noticia y subraya una evidencia. La noticia es que la ministra no ha desbarrado en ninguno de los asuntos abordados. Notición. La evidencia es que la voluntad de manipulación informativa de Polankader a costa de la credibilidad del Gobierno de España se mantiene incólume e incluso se acrecienta cuando de Rabat se trata. A las agresiones de sus periodistas contra Aznar para reforzar los “argumentos” de Mohamed VI, se añade una permanente y artera desnaturalización de nuestras posiciones básicas en política exterior. Para molestar al Gobierno, Polankader no vacila en poner sobre el tapete la españolidad de Ceuta y Melilla. Si esto hace con el PP en el Poder, produce escalofríos pensar a qué extremos podría llegar con el PSOE.

El descaro de esta política desinformativa, que en muchos asuntos bordea la alta traición, tiene, empero, una virtud: permite avizorar lo que tras la definitiva entronización de Polanco en el monopolio audiovisual de pago será el panorama informativo con el que tendrá que lidiar el sucesor de Aznar al frente del PP, sea en el Gobierno, sea fuera de él. Si es en el Gobierno, le harán la vida imposible, porque si con mayoría absoluta y la televisión pendiente son capaces de estas fechorías, calcúlese en una situación más cómoda. Y si es en la Oposición... ya puede despedirse la derecha de volver al Gobierno. El inmenso poder del polanquismo –ahora tiene también a tiro el Grupo Zeta– se traducirá en una permanente desnaturalización de las propuestas de la derecha, en una tergiversación desvergonzada de sus hechos en el Gobierno y, por supuesto, en la capitulación ante los nacionalistas antiespañoles del País Vasco, Cataluña, Galicia, Canarias o... Marruecos.

Frente a eso, lo único que opone hoy Aznar es el control de RTVE a costa de un despilfarro escandaloso y el boicot implacable a las pocas empresas que compiten todavía con Polanco en prensa y radio. Todo, a mayor gloria y beneficio de Ansón, el hombre que denunció la Conspiración contra González, el gemelo académico y monozigótico de Cebrián, que se ha convertido en la criatura mediática de confianza en La Moncloa. Es el desenlace natural cuando en un entorno presidencial la máxima preocupación es la imagen y el tratamiento dinástico-familiar en bodas, banquetes y reuniones. Y debe reconocerse que en asuntos dinásticos, familiares y sucesorios, nadie tiene la mano izquierda ni carga la mano del elogio como Ansón. De la política, ya se preocupará Polanco.

En cuanto al futuro de la Derecha, ¿quién habla de futuro teniendo aún tanto presente? El que venga detrás, que arree.

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