"A nadie le apetecen debates. Exigen un gran esfuerzo y no son algo cómodo". Estas declaraciones a la cadena SER de nuestro presidente en funciones han sido motivo de rechifla para la turbamulta de los correveidiles, y de mofa, befa y escarnio para la caterva de los murmuradores.
Lejos de tales excesos, nuestros poetas dedican al asunto muy serias y sesudas reflexiones:
VIVIR AL LÍMITE
por Monsieur de Sans-Foy
Hazte idea, Fray Josepho
de que, para don Mariano,
los días no tienen horas.
Deberían ser más largos:
abre el ojo exactamente
a las ocho menos cuarto.
Hace pis, se va a la ducha,
se remoja un rato largo
refrotándose las barbas
con champú de pelos canos.
Con un albornoz de felpa,
don Mariano deja el baño.
Viene Viri con el zumo.
Se lo bebe de dos tragos
y se rasca intensamente
por entrambos omoplatos.
La prensa, con el café:
con el Marca ya en la mano,
se mete cuatro filloas
y una tarta de Santiago.
Le echa un ojo a La Razón
y, si no está muy crispado,
continúa con El Mundo
y el café descafeinado.
Si no tiene compromisos
ni películas de Estado,
se pone una camiseta
y unos leggings o leotardos
que se dejó Zapatero,
por no desaprovecharlos.
Y con esa pinta infame
se encamina a su despacho,
donde espera la Soraya,
con los papos siempre hinchados
y enseñando las paletas,
como si fuera un caballo.
Allí se echan la mañana,
los dos juntos, mano a mano,
entre ceses, nombramientos
y otros trámites variados.
A las dos, las dos en punto,
vuelve a casa como un clavo,
porque ya está la parienta
removiendo con el cazo:
–¿Qué va a sher?
–Caldo gallego.
–¡Tiensh arte para el caldo!
¿Y deshpués?
–Lacón con grelos.
–¿El lacón esh de Betanzos?
–Me parece que Ortigueira
fue la patria del marrano.
Y los grelos son de Palas.
Los mandó Pepiño Blanco.
Y entre dimes y diretes,
con un orujito blanco,
por matar la solitaria
y olvidarse del tabaco,
dan las tres o tres y cinco:
para siesta, muy temprano.
Lo mejor es informarse.
Hay que ver el telediario.
Cuando quiere darse cuenta,
son las cinco menos cuarto,
que, sentarse a ver la tele
y roncar, es ipso facto.
Por la tarde, los deberes
de los chicos: complicados
de cojones, muchos días...
sobre todo, si hay quebrados.
Luego, llama algún ministro
que quiere pasar el rato,
y la Cospe, que molesta
con algún recomendado...
Es de noche. Dan las diez
y, después de haber cenado,
al sofá y a ver la tele,
que hay partido de la Champions.
Ya lo has visto, Fray Josepho.
Ya lo has visto y lo has tocado:
¿cuándo quieren que prepare
los debates, don Mariano?
¡Son las doce, y ni siquiera
se ha quitado los leotardos!
EL VERDADERO RAJOY
por Fray Josepho
Lamento amargamente la cruel caricatura
que ha hecho de Mariano. ¿Por qué, Mesié Sanfuá?
Mariano es un currante. Mariano es un figura.
Y usted lo menosprecia. Qué asquito que me da.
Mariano es un indómito e intenso torbellino.
Mariano es una fiera corrupia sin domar.
Si apunta hacia una meta, ¡quitaos de su camino!
¡Que es líder del dinámico Partido Popular!
Mariano finge, el tío, la calma y la indolencia.
De acuerdo con Arriola, disfraza su vigor.
No quiere que a la gente le asuste su potencia,
su ímpetu indomable de killer triunfador.
Por eso, cuando anuncian debates en la tele,
Mariano les da largas y se hace el remolón.
Y dice que eshtá incómodo, tratando de que cuele
su imagen simulada de pánfilo y poltrón.
Si usted entra al despacho, verá que el presidente
parece leer el Marca. ¡Pues eso es un error!:
debajo del periódico, Mariano, ocultamente,
repasa sus informes, celoso y cumplidor.
Si ve que cabecea, y un hilo de saliva
desde su comisura desciende… pues qué va.
Él finge estar dormido, pero su mente, viva,
está arreglando España, carísimo Sanfuá.