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El fin de ETA

una gestión política errónea de este éxito policial por parte del Gobierno socialista puede frustrar una vez más una victoria definitiva de la democracia española sobre el terrorismo

El golpe asestado por la Guardia Civil, en colaboración con el servicio de información de la Policía Francesa, es algo más que un nuevo varapalo a la banda terrorista. Supone una oportunidad histórica para lograr el anhelado fin de ETA tras tres décadas de actividad terrorista. No obstante, una gestión política errónea de este éxito policial por parte del Gobierno socialista puede frustrar una vez más una victoria definitiva de la democracia española sobre el terrorismo.
 
La operación, gestada durante los últimos cuatro años, constituye el último gran éxito de los Gobiernos de Aznar en su persistente lucha contra ETA. Se suma a otros muchos golpes asestados por la Guardia Civil en los últimos años a esta banda. En este sentido, los libros de historia reconocerán, en mayor medida de lo que han hecho los respectivos gobiernos, el papel decisivo de este Cuerpo en la victoria de la democracia española sobre el terrorismo etarra.
 
La operación tiene al menos tres dimensiones que sumadas tendrán un efecto devastador sobre la capacidad de la banda para continuar sus actividad criminal en los próximos años. En primer lugar, supone un golpe tremendo a su cadena logística, una de las principales vulnerabilidades de la banda. En segundo término, descabeza políticamente la organización en un momento en el que la falta de liderazgo interno es patente. Finalmente, la operación ha permitido también socavar la nueva estructura operativa que la banda estaba tratando de recomponer tras los últimos golpes recibidos.
 
Sin embargo, como ya hizo un Gobierno del PSOE en una situación similar, tras el tremendo golpe asestado también por la Guardia Civil en Bidart en 1992, todo este éxito puede ser malogrado por una errónea gestión política del éxito. Para ello lo esencial es que el Gobierno no se ciegue por la avaricia y se abalance sobre el botín político que supone la operación olvidándose de explotar el éxito para lograr la victoria final. Por otro lado, a mayor debilidad de ETA, mayor debe ser también la presión de los partidos democráticos sobre el PNV para que abandone toda ambigüedad calculada y se comprometa a fondo en la derrota definitiva de ETA.

GEES, Grupo de Estudios Estratégicos

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