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Terrorismo y antiterrorismo

La intensificación del terrorismo era previsible ante el deterioro del escenario regional, y se están intensificando los esfuerzos nacionales e internacionales para combatirlo con más eficacia.

La dinamización del terrorismo de Al Qaeda en las Tierras del Magreb Islámico (AQMI) en suelo argelino tiene dos escenarios asentados ya desde hace años: la montañosa región de la Cabilia, en el norte, y la región transfronteriza del Sahel, en el sur.

El primero los ataques han sido frecuentes y letales últimamente. El 16 de abril morían 13 militares cerca de la capital regional, Tizi Ouzou, y el 23 morían un militar y un civil junto a Azazga, a 40 kilómetros de dicha ciudad, y otros cinco militares resultaban gravemente heridos. Finalmente, el 27 de junio un militar moría y otros tres resultaban heridos en Borj Bou Arreridj. En los tres atentados se combinaron bombas y armas automáticas, repitiendo la repetida fórmula de la emboscada. Si estas acciones han sido grabadas para ser luego distribuidas como propaganda a través de la cadena "Al Andalus" lo sabremos pronto. El ataque del 23 de junio se produjo además en el mismo lugar donde el 25 de abril otros 17 militares habían sido asesinados de la misma manera.

La intensificación del terrorismo era previsible ante el deterioro del escenario regional, y se están intensificando los esfuerzos nacionales e internacionales para combatirlo con más eficacia. Los medios nacionales tratan de prevenir y también de reaccionar con contundencia a la provocación terrorista. Y también a crisis humanitarias: hay  más de 9.000 refugiados procedentes de Libia y asentados en el sur de Argelia.  Pero hacen falta medidas transfronterizas. La visita a Argel el 1 de junio del Jefe del Mando Africano de los EEUU (Usafricom), el general Carter F. Ham, y la del ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, el 20 del mismo mes, han servido para profundizar la colaboración bilateral y ahondar en la dimensión subregional que Argelia lidera en el Sahel.

EEUU y Francia, junto a otros países occidentales, habrían asegurado su participación en una cumbre antiterrorista que celebrarán a principios de septiembre en Argel los cuatro socios sahelianos que combaten juntos a AQMI: Argelia, Malí, Mauritania y Níger. El jefe de estado mayor argelino, el general Ahmed Gaid Salah, se refería a ello en la entrega de despachos a los cadetes de la Academia Interejércitos de Cherchell el 26 de junio. Fue justo después de que comandos mauritanos mataran en suelo de Malí, a 70 kilómetros de la frontera con Mauritania, a 15 terroristas. El general daba a entender que se trataba de una operación combinada más que de una aventura mauritana en solitario. Y es que parece cada vez más evidente, ante la magnitud de la amenaza, que la colaboración transfronteriza se impone. Además, tal colaboración intraafricana está mucho más en consonancia con la cultura política argelina que rechaza la idea de la injerencia occidental en el mundo árabe y musulmán, tanto para derrocar a Gadafi en Libia como para cazar terroristas de AQMI en el Sahel.

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